EL PLAN DE LA MARIPOSA. UNA BANDA DE ROCK NECOCHENSE CON UN INTEGRANTE DE R. SANTAMARINA. CONÓZCANLA.

Exceptuando ciudades como La Plata y Rosario, el cimiento en donde se construyó la historia del rock argentino ha sido siempre la capital y el conurbano; monopolio que durante la década de los ’90 fue deslocalizado por el surgimiento de bandas del interior que ampliaron el espectro territorial y aportaron aires frescos y acentos diferentes


Exceptuando ciudades
como La Plata y Rosario,
el cimiento en donde se
construyó la historia del
rock argentino ha sido
siempre la capital y el
conurbano; monopolio
que durante la década de
los ’90 fue deslocalizado
por el surgimiento de
bandas del interior que
ampliaron el espectro territorial y aportaron aires frescos y
acentos diferentes al llamado Rock Nacional.

Desde diversos rincones del país, con o sin edición discográfica de
por medio, un buen número de músicos lograron posicionarse,
ganando presencia en festivales y difusión en la prensa especializada.
Pero nos atendremos a puntualizar en El Plan de la Mariposa, llamativa
y original formación que ha colocado a Necochea en el mapa del rock
nacional.

Desde los años del reducto marplatense Mandioca, la Costa Atlántica ha
sido la mejor plataforma para los conciertos de verano, aunque los
protagonistas de la temporada solían solían ser -hasta no hace muchos
años- músicos de cierta relevancia en el panorama nacional. Pero el
advenimiento de nuevos medios de comunicación y la proliferación de
bandas provenientes del interior del país que lograban hacerse un hueco
en el circuito porteño, hizo que también en ciudades balnearias comenzaran
a florecer proyectos artísticos de singular calidad. Y en el caso puntual de
Necochea -sin pretenciones de restar mérito a otros artistas de la misma
ciudad- El Plan de la Mariposa es la muestra irrefutable de ésto; aunque antes
de ahondar en las características que la hacen una banda destacable, es
necesario hacer un breve repaso del rock local, a modo de muestrario y con la
finalidad de considerar a quienes han dado el puntapié inicial en este género.

Por falta de tiempo, memoria e incluso voluntad, mencionaré sólo un puñado
de nombres, porque tampoco se pretende en este artículo hacer un recorrido
exacto de historia musical de Necochea. De modo que para resumir diré que la
primera mitad de la década de los ’80 estuvo signada por la presencia de El
Marqués de Sade, mítica banda que logró llenar el Anfiteatro del Parque
Miguel Lillo y que supo reunir dentro de su vasto repertorio una fina fusión
de influencias que iban desde Iron Maiden, Kiss y Judast Priest. Sobre finales de
la mísma década los hermanos Mauricio y Mario López sacudían la escena local
con su propuesta punk bautizada N.N.. A la saga le seguían Los Hermanos Kelly,
con un brillante Andrés Cascino en guitarra; y por las calles de la Villa Balnearia
hacían lo suyo en solitario el Chino Ibarguren y Azuquita Montetenegro. Los 220,
Trips y La Reja son la cabal muestra, ya en los ’90, de que Necochea también es
una ciudad de rock.

Desde allí hasta el presente ha surgido a nivel nacional una interesantísima
variedad de propuestas que diversifican al género y lo convierten, incluso, en
multidisciplinar. La miscelánea danza, teatro, música que se gesta como una
necesidad de vincular las artes, las tendencias culturales que alumbra el nuevo
siglo y el aporte de las tecnologías, se transforman en el caldo de cultivo para la
creación. Un terreno fértil en el que, en Necochea, El Plan de la Mariposa se
mueve de manera notable, reformulando todo los conceptos que hasta entonces
se mantenían relativamente estables. No es casual que los hermanos Andersen
hayan impactado en las sencibilidades de Gustavo Santaolalla y Alfredo Rosso,
porque el arte de El Plan no se reduce sólo a las melodías, sino que se manifiesta
como un compendio de emociones que parecen provenir de la imaginación más
excelsa. Y es allí en donde reside lo mejor de esta banda necochense a la que
escuché en vivo hace algunos años en un bar de la calle 85 y de la que, por esas
cosas de las causalidades, logré obtener -aquí lejos, en la Madre Patria- su trabajo
discográfico a modo de presentación titulado “Apretón”; aunque su disco debut
es el flamante “Brote”.

Musicalmente El Plan de la Mariposa destaca por la versatilidad de su imaginario
que se traduce en un lirismo brillante, asociado a la furia rocanrolera pero también
a la sutileza de otras melodías entre las que aparecen y desaparecen, como por arte
de magia y en un mismo tema, el reggae, el folklore y el funk. Los quiebres repentinos
y el salto de un género a otro son signos característicos, marcas de la casa, la
identidad de El Plan.

Todo esto amalgamado con una puesta en escena que por austera no pierde ni un
ápice de originalidad y se sustenta, entre violines y flautas, con las imponentes
performances que despliegan sobre el escenario. La inmerorable conjunción que
se da entre las voces de Sebastián y Camila Andersen, los pasajes directos a la más
airplaneana de las psicodelias, el híbrido que resulta de semejante combinación
de géneros, la contundencia instrumental y un vasto etcétera, son los rasgos
inconfundibles de una banda necochense que -por parafrasearlos un poco- ya
han salido a volantear su corazón. Y lo han hecho de la mejor manera.

El Plan de la Mariposa

Sebastián Andersen – Voz

Damián Alvarez – Bajo

Valentín Andersen – Guitarra y Voz

Camila Andersen – Voz

Julián Ropero – Batería

Horacio Rodriguez (R. Santamarina) – Flauta y Voz

Santiago Andersen – Violín, Guitarra y Voz

Máximo Andersen – Teclados

Emiliano Yaber – Percusión

 

Por Walter C. Medina

FUENTE: DIARIO NECOCHEA.

 

 

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