Bien sabemos que hay argentinos diseminados en todos los países del mundo. No debe haber lugar, salvo honrosas excepciones donde no haya un coterráneo. Una de esas excepciones, hasta hace un tiempo, era Groenladia, a tan sólo 12356 Km de Argentina. Un país que por su lejanía y sus características, no es muy habitado y menos aún por personas de estas latitudes.

Pero, desde hace unos días, una argentina, precisamente una dulcense, se encuentra habitando esos suelos helados. Analía Jensen, como ya hemos publicado en este diario, realizó sus estudios universitarios en Dinamarca, luego de haber revalidado su título secundario en ese país. Durante un año aproximadamente, trabajó en una empresa que distribuye calefacción, monitoreando los equipos.
Ahora, ese mismo trabajo, lo realiza en otra empresa, en el país de Papá Noel.

Su trabajo consiste en el mantenimiento y control de una planta de energía hidráulica, que genera y distribuye electricidad y calor con energía hídrica, producida por la desembocadura de dos lagos en el mar. Hay tres turbinas que originan electricidad, con lo que se les proporciona calor a los hogares. Una de ellas está apagada y sirve de repuesto en caso de que alguna de las otras dos se rompa. Si de todas maneras, las tres se rompieran, hay turbinas a kerosene y si así y todo éstas también se rompieran existe un plan de evacuación para toda la población, ya que es imposible la vida en ese lugar si falta la electricidad y la calefacción.

Ilulissat, la ciudad donde vive Analía, tiene una población de 5.000 habitantes, que viven en su gran mayoría del turismo. Hay tres fábricas, varios supermercados y mucha gente dedicada a reparar las cañerías que se rompen constantemente a causa de las bajas temperaturas. Una de las atracciones turísticas del lugar, es la visita a la casa de Papá Noel, una casa que se construyó para realizar un programa de televisión y ahora es un museo. Además, también hay un buzón gigante donde llegan las cartas que los niños escriben para pedir sus regalos, junto al trineo que usa este personaje de Navidad.

Un paseo en trineo tirado por perros, es muy caro, tanto que con el precio de una semana de paseos, su dueño tiene asegurada la comida para sus animales por un año completo.

Todo lo que se consume en ese país, llega a través de barcos o aviones. Y el precio tiene relación con el peso específico del alimento, por lo tanto, es más barato la leche en polvo que el sachet de leche fresca.

Hay un aeropuerto, a 10 km del centro de la ciudad, el tramo está asfaltado y es la carretera más larga. Para ir a otras ciudades de ese país, se va en trineos tirados por perros o en helicópteros, que además llevan provisiones a otros pueblos. No hay ciudades comunicadas entre sí por rutas, ya que  toda la superficie está cubierta por hielo.

La población está compuesta por daneses y groenlandeses, éstos últimos, están comenzado a abrirse con el resto de los pobladores, ya que son muy cerrados en su cultura y existe una rivalidad muy marcada entre ambos.

La característica más grande en los groenlandeses, es su afán por tener al menos dos cosas de cada tipo. Una en uso y la otra de repuesto. En todo, incluso de sus mujeres.

Algo llamativo, es un camión que reparte agua a los hogares, ya que la misma es hielo que se ha derretido y se distribuye. Un camión recorre las calles y llena los tanques. Estos tanques tienen un sensor con una luz roja que indica que está lleno. Si la luz está verde, el camión se detiene y le provee el agua.

El contrato de Analía con la empresa, es de tres años, por lo que estamos seguros que en breve, conoceremos más sobre la cultura de Groenlandia, o veremos más fotos de paisajes, su gente, sus costumbres y más experiencias de Analía en la que es considerada la isla mas grande del mundo.

En el día del cumpleaños de nuestra localidad, mostramos a una dulcense que ha llegado lejos, muy lejos. Felicitaciones Analía!!! Orgullo dulcense.

GALERÍA DE IMÁGENES.