Un joven peón asesinó a escopetazos a su novia y a una amiga y se mató.

El trabajo del dulcense Esteban Mikkelsen Jensen para Diario Clarín. Una tragedia inexplicableEl drama juvenil sucedió en una estancia situada a 18 kilómetros de la ciudad, en el sudeste bonaerense. El autor de la masacre, de 22 años, le disparó dos veces a su pareja, de 17, y otras dos a la segunda víctima, de

El trabajo del dulcense Esteban Mikkelsen Jensen para Diario Clarín.

Una tragedia inexplicableEl drama juvenil sucedió en una estancia situada a 18 kilómetros de la ciudad, en el sudeste bonaerense. El autor de la masacre, de 22 años, le disparó dos veces a su pareja, de 17, y otras dos a la segunda víctima, de 19.

No usó un arma a repetición, por lo que después de cada disparo debió ir cargando los cartuchos uno a uno, con una frialdad que tiene atónitos a los habitantes de este pueblo del sudeste bonaerense, golpeado en el último año por una seguidilla de episodios violentos. El muchacho cargó, disparó y volvió a cargar el arma media docena de veces. Así ejecutó a su novia y a una amiga de ella; dos veces a cada una les tiró. Luego, en el comedor de la casona, hizo un quinto disparo, al suelo, y un último apoyándose el caño de la escopeta en la boca.

Se desconocen por ahora los motivos que llevaron a Leandro Soplán (22) a asesinar a Alexandra Teruggi, de 17 años, con quien mantenía una relación amorosa, y a Rocío Borello, de 19, para luego quitarse la vida. El hecho se registró durante el fin de semana en la casona de una chacra ubicada a 18 kilómetros del casco urbano de Lobería.

El joven y su papá trabajaban como peones rurales de lunes a viernes allí. Los fines de semana la casa quedaba sola, según contó a Clarínuna fuente del caso. Pero esta vez el joven invitó a las chicas y el sábado a la noche los tres estaban en el lugar: se cree que sus muertes ocurrieron en la madrugada del domingo.

El padre del Leandro halló el cuerpo de su hijo tendido en el comedor de la casa. A su lado estaba el arma que utilizó, una escopeta calibre 16. Encontró luego los cadáveres de las chicas. Enseguida llamó a la Policía.

Lobería, un pueblo de unos 15 mil habitantes del sudeste bonaerense, rural y conocido por sus playas agrestes, no termina de salir de su estupor. El año pasado (ver Antecedente), un empleado municipal que había sido despedido asesinó al intendente y hace poco un joven de una conocida familia se quitó la vida delante de su novia. “ Acá no se habla de otra cosa, venimos muy golpeados ”, dijo a este diario una agente de la Policía nacido en el pueblo.

Luego de las autopsias y los resultados preliminares de las pericias, las fuentes confirmaron la principal hipótesis de los investigadores: un doble homicidio seguido por un suicidio.

Pero temprano la investigación pareció apuntar hacia la participación de una cuarta persona. Es que los jóvenes estuvieron bebiendo:abiertas y sobre la mesa había bebidas alcohólicas y energizantes, que tomaron mezcladas.

Hubo un detalle que llamó la atención de los investigadores: un cuarto vaso. “En la casa hay un solo acceso y uno de los cuerpos estaba trabando la puerta, por eso se descarta que haya actuado alguien más”, dijo un investigador.

El caso se centra en lo que vayan arrojando las pericias y los indicios recogidos en el lugar. La casona está ubicada a 18 kilómetros del eje urbano del pueblo. En medio del campo, no hay testigos, nadie que pudiera haber visto algo o escuchado siquiera las detonaciones de la escopeta, que fueron seis.

Una fuente confió que el muchacho utilizó un arma que debe ser cargada luego de cada disparo. Los cuerpos estaban en distintos ambientes de la casa. Pero aún anoche los investigadores intentaban reconstruir cómo había actuado Soplán y con qué motivaciones.

Por lo pronto, determinaron que Alexandra Teruggi, la novia del joven peón rural, recibió dos escopetazos cuando se encontraba en el dormitorio. A Rocío Borello también le disparó dos veces. Su cuerpo obstruía el acceso a la casa, trabando la puerta. Luego, aunque no se sabe cuánto tiempo después, Leandro Soplán se quitó la vida. Soltó un balazo al suelo y después se disparó a la cabeza.

Guillermo Villarreal para Diario Clarín.
Edición: Esteban Mikkelsen Jensen.

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