EDITORIAL DE SENDERO REGIONAL.

La Economía Agropecuaria en jaque.

editorialLa economía del amplio abanico de localidades a las que llega semanalmente Sendero Regional, transita por un momento clave, donde se terminan de conocer acabadamente los resultados de los cultivos que integran la llamada cosecha gruesa: girasol, soja y maíz.
En el caso del girasol, los rendimientos han sido inferiores a los de la campaña anterior, en un 30 por ciento.
Misma suerte transitó la soja, teniendo como una de sus causas la inoportuna caída de las lluvias, que eran esperadas en el pasado mes de enero y se produjeron a fines de febrero, en el mejor de los casos, donde la menor producción es del orden del 40 por ciento.
A este escenario de paupérrimos rindes, se suma la abrupta baja de los precios de los granos a nivel internacional y por correlato a nivel nacional. Frente a esta realidad, se espera la cosecha de maíz, la cual no promete grandes diferencias a lo acontecido con el girasol y la soja.
A esto debe sumarse el fuerte retraso cambiario y la falta de políticas públicas para el sector agropecuario, y como si fuera poco; mercados internos intervenidos y relaciones internacionales totalmente cortadas. Sin mercado, el agro está condenado a desaparecer.
Esta situación derivará nuevamente en que los arrendatarios de campo vuelvan a obtener márgenes nulos, como ocurriera en la campaña pasada.
De esta manera se puede prever, de cara al futuro, que los valores de la renta de tierras en esta franja del sudeste de la Provincia de Buenos Aires, sufrirán una sensible baja, reacomodación natural de los valores de los arrendamientos y de las formas de contratación de los mismos.
A este contexto de menores rindes, se le debe adicionar la salida de los fondos agrícolas extra zona, que ya desde el año pasado han comenzado su éxodo y/o disolución dado el escaso o nulo nivel de renta obtenido. Todo esto contribuye al sinceramiento de los valores y plazos de pagos en los arrendamientos. Nuevas formas de contratación, más equitativas y participativas, serán las necesarias en esta nueva etapa agrícola, compartiendo los riegos y los rendimientos entre los dueños de los campos y los arrendatarios.
Esto podrá ser posible a través de contratos de aparcería o a porcentaje (totales o con parte fija), rentas variables con escala y todo tipo de contrato a fin, con plazos que excedan un ciclo agrícola. Es conveniente alargar los plazos de contratación a más de un ciclo, a tres o cinco años, pudiendo así establecer planes de producción sustentables en el tiempo.
Obviamente que de cara al futuro se puede avizorar para la cosecha fina de esta temporada una creciente superficie sembrada con cebada, y una nueva marginación al trigo.
Se estima para la campaña 2015/16, planes de siembra con un 80 por ciento de cebada y un 20 por ciento de trigo, con un fuerte aditamento negativo, está pasando mucha área de siembra que iba destinado a gruesa para fina, esto en el marco de la fuerte baja de la soja.
Lamentablemente otra vez comienzan los planteos productivos de todo o nada, y lo único que se va a conseguir es distorsionar la producción, los esquemas productivos y por consiguiente los ingresos de los productores. Sin políticas claras y sin producción sustentable, el agro del sudeste de la provincia va camino a la quiebra…

CARLOS LABORANTI
Director Ejecutivo

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