Las elecciones generales del último domingo, arrojaron dos victorias aplastantes, en Lobería y San Cayetano, de los candidatos de Cambiemos, mientras que en Necochea, ganó por estrecho margen UNA.
Tras las PASO, cualquier analista podría haber anticipado una victoria de Juan José Fioramonti, aunque difícilmente alguien podría haber vaticinado una ventaja de más de 2.800 votos, que se transformó en la máxima en la historia, desde 1.983 a la actualidad.
Tal vez como nunca antes, la comunidad expresó la necesidad de un cambio y, de alguna manera, con semejante respaldo popular, le entregó un cheque en blanco al candidato radical.
Fioramonti logró generar un espacio amplio, con una gran participación de sus socios del PRO y el partido FE, además de generar una importante adhesión con su mensaje de generar participación ciudadana y una Lobería unida.
Este triunfo contundente, le ofrecerá la posibilidad al intendente electo, no sólo de poner en marcha su idea de gobierno, sino también de asumir un liderazgo político, que Lobería no tiene desde la muerte de Hugo Rodríguez.
Por otra parte, quedó expuesta como nunca antes, la fuerte interna del Frente para la Victoria.
Lo sucedido en San Manuel es una muestra clara de la división del actual oficialismo, que se había impuesto en las PASO y este domingo fue doblado en votos por Cambiemos.
Está a la vista de todos que los simpatizantes de Pifano y Sarragoicochea, estuvieron lejos de acompañar a Argüello y terminaron direccionando su voto hacia Fioramonti.
Vale decir que en la editorial posterior a las PASO, afirmamos que era probable que esto sucediera y, a la luz de los hechos, no nos equivocamos.
Seguramente en el Frente para la Victoria habrá reuniones de autocrítica en las que abundarán los pases de factura y los reproches cruzados, por lo que le espera un futuro complicado. De aquí en adelante, deberá comenzar a buscar un líder que encabece la recuperación, aunque a pocas horas de pasadas las elecciones, no aparecen grandes figuras capaces de generar un consenso entre los militantes.
Por el lado del Frente Renovador, sufrió lo que también anticipamos tras el 9 de agosto: la tan temida polarización. Enrique Cóppola había quedado en las PASO tan lejos de ganar las elecciones como de llegar a un concejal, por lo que era poco probable que creciera. Finalmente, cientos de sus votos también emigraron hacia Fioramonti.
En San Cayetano, la comunidad también apostó fuertemente por Cambiemos, aunque en este caso para lograr la continuidad de Miguel Gargaglione.
Al no haber habido más de un candidato por fuerza en las PASO, el escenario que había quedado tras el 9 de agosto, era más que claro.
La diferencia era muy importante y el día domingo se amplió aún más, llegando casi a los 2.100 votos.
Si destacamos el altísimo apoyo que el pueblo le dio a Fioramonti en Lobería, mucho más notable aún es alcanzar una aprobación como la que tuvo el jefe comunal sancayetanense, que fue casi del 70 por ciento, después de ocho años de gobierno.
Pos su parte, el Frente para la Victoria queda ante un futuro por demás incierto, sabiendo que el respaldo popular que tiene este gobierno es notable.
En Necochea se preveía la elección con mayor paridad y así se dio finalmente.
Si bien Aued había ganado las PASO, desde esta misma página se había afirmado que no había logrado cerrar filas, principalmente con sus socios del PRO.
Facundo López supo aprovechar esta situación y, aún sin el arrastre que el candidato de Venegas podía tener de Macri y Vidal, y sin el importante apoyo económico que tuvo Goicoechea, logró imponerse y quedarse con la tan deseada intendencia.
La elección fue cabeza a cabeza y finalmente López se terminó imponiendo por una estrecha diferencia de 270 sufragios.
Evidentemente, el dirigente “massista” deberá ser inteligente para llevar adelante su gobierno en una ciudad importante como lo es Necochea, sin contar con una gran estructura partidaria y con gobiernos en la Provincia y la Nación que no coinciden con su signo político.

CARLOS LABORANTI
Director Ejecutivo