Y Kadenas rockeó.
Días pasados Kadenas. la banda de rock dulcense de los años 90, rockeó luego de veinte año de haber dado su último concierto.
Pasó ese gran día, pasaron algunos días y quisimos saber cómo había vivido ese encuentro, además de sus recuerdos, ilusiones, expectativas, anécdotas… Gracias a Maxi Acosta, que se tomó el trabajo de recopilar los datos y a los otros tres integrantes Joel Gil. Sebas Ramón y Matías Mikkelsen por las respuestas.
Los comienzos:
Joel Gil:
“Por Marzo del 94 nos juntamos con Matías a zapar un par de veces, con el poco conocimiento musical que teníamos (por lo menos el mío era híper escaso), hasta que un Viernes caemos en la Fundación y Maxi se entera que estábamos ahí gracias a su hermano Leo que fue corriendo a su casa a decirle que estaba sonando una batería en fundación, el cual ya se encontraba haciendo algo junto a Seba (Sebastián Ramón) desde hacía ya un tiempo. Se aparece y conversamos un rato, nos cuenta de su dúo y nos invita a juntarnos el fin de semana siguiente en su casa junto al «rubio pelilargo» (Sebastián Ramón). Viernes siguiente, previo raid desde Tres Arroyos junto al Indio Rubio, aterrizamos en el garage del Ruso (familia Acosta). Lo que recuerdo de esa vez (tengo 1 imagen registrada en mi mente) es la guitarra criolla de Seba tomada por el mic, Maxi en teclados tratando de enseñarme a afinar el bajo y alguna base, y Mati con su batería blanca en el fondo contra la parrilla, donde siempre estuvo. Y no me olvido de la consola y los bafles Prowatt que Gustavo (Acosta) compró para que pudiéramos arrancar y por donde salía todo el batifondo… sin eso no éramos nada! (GRACIAS RUSO!)
Y ahí arrancamos, a puro coraje.”
Seba Ramón:
“Creo que fue a la semana siguiente o la otra que fuimos a Neco a dedo con Maxi y compre la Samick amarilla (guitarra), y si señor: teníamos la eléctrica. Y así fuimos armándonos de a poco. Después el pedal Distortion rojo que Joel y Matías trajeron de Tres Arroyos, y después el Peavey (amplificador) para el bajo.
Para esa fecha ya teníamos un set de instrumentos muy básico pero al cual supimos sacarle todo el jugo que se podía”
Los recuerdos:
Joel Gil:
“Matías y yo estudiábamos el secundario en Tres Arroyos y la verdad esperábamos con ansias el Viernes para ir a La Dulce, mientras que Seba y Maxi estaban esperándonos con todo armado para darle duro toda la tarde, y hasta a veces con un viaje organizado para ir a tocar a algún pub de la zona.
Montón de ensayos, buenos momentos, asados, campamentos, peleas, zapadas, distancias, amores y desamores… cosas de pibes de 15 años. Eran las ganas de tocar
El aguante del Ruso Acosta y Norma los padres de Maxi, que se aguantaban todo ese barullo… y ni que hablar de los vecinos de ellos!!!! ETERNAMENTE PERDON!. Y los viejos de todos nosotros que nos daban plena libertad para andar de noche por todos lados sin ningún cuestionamiento, ¿tan confiables seríamos?
Matías Mikkelsen:
“El debut fue en Barrabás y entre los temas que tocamos fueron: Imagine, Tal vez mañana brille el sol, La bamba, Twist and shouts, entre otros. Después de eso tocamos en el CEF en una cena-baile a beneficio de Bomberos Voluntarios con el sonido y la batería de los que amenizaban el baile,
Desde allí no paramos más! La banda dentro de sus limitaciones sonaba bien y empezaron a llegar posibilidades de tocar en la zona y no la desaprovechamos. Viajes en colectivo a Lobería a Horus, Timoteo y Dionisio’s en Tres Arroyos, el canal de San Cayetano! jajaja! Y en Necochea a Villa Puebla y El parador Wayne en el Verano, el pub en Chávez, la doma en Santa Marina. Y nos pagaban todo! Después las tocadas en el club Progresista, y en el Deportivo, donde una vez el sonido que alquilamos no llegó nunca porque se perdió en la ruta… “
Maxi Acosta:
“Desde el enfoque musical fue realmente difícil y requería de mucho trabajo… eran otros tiempos.
Hoy te metes en youtube y tenes clases de guitarra de los mejores músicos del mundo. En aquella época hacíamos una fiesta cuando conseguíamos un cancionero o una clínica de algún instrumento para poder aprender “un poco más.
Además yo era el que tenía formación musical ya que me había recibido de profesor de música a los 14 años, por lo que tenía tarea doble ya que había que sacar los temas de oído porque no había otra forma… darle al cassette de ida y de vuelta hasta sacar todo.
Si fue difícil para mí no cabe duda que hay que reconocerle a mis compañeros el gran esfuerzo que hicieron para que todo salga como en definitiva salió tiendo en cuenta que ellos lo hicieron prácticamente de forma autodidacta…
Había un compromiso tan grande entre nosotros que hacíamos los deberes por placer puro y también por el otro, por no fallarle al compañero….”
El reencuentro:
Joel Gil:
“Volvernos a encontrar en la música fue realmente mágico. Se percibió la química intacta entre los 4, en la primera juntada en Enero los temas salían como si la semana anterior hubiéramos ensayado. Fue como volver al 95´…
Lo del centro de Convenciones estuvo mejor que soñado, por lo menos de mi parte nunca había tocado en un lugar con las comodidades de todo tipo que teníamos ahí. Y la gente que respondió tan bien. Creo que no les fallamos”
Maxi Acosta:
El rencuentro fue obviamente en lo musical y con una intensidad indescriptible.
¿Cómo explicar lo que seguro coincidimos los cuatro fue volver después de 22 años de juntarnos por primera vez y experimentar los nervios previos a tocar en público y hacerlo en nuestro pueblo natal con tanta gente que nos vio tocar nuestros primeros acordes?… IMPOSIBLE
Solo puedo decir que somos tipos extremadamente afortunados al que la vida le regaló una familia que los apoyó en todo y como frutilla nos dio 3 amigos “buenas personas” con los que vivimos en la mejor edad lo que todo músico muere por vivir….
El resto… yapa.
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