Cómo cuidar la piel del sol.
Charla a cargo del Farmacéutico Walter Vieyra.
Días pasados, en Fundación La Dulce, se llevó a cabo una charla de interés general sobre el cuidado de la piel, sobre todo en esta época, donde la exposición solar es mayor.
La charla estuvo a cargo del farmacéutico Walter Vieyra y contó con gran cantidad de público. De esa charla se desprendieron los siguientes conceptos que compartimos a continuación.
Con la llegada de la época estival, los días se hacen más largos y aumenta el tiempo de ocio al aire libre, por lo que aumenta nuestra exposición al sol. Los rayos solares hacen posible que nuestro organismo produzca vitamina D, fundamental para fortalecer huesos y dientes, y contribuyen a mejorar el bienestar emocional, pero también pueden ser dañinos si no nos protegemos adecuadamente y nos exponemos a él de manera excesiva o prolongada, ya que la radiación UV daña el ADN de las células.
Para minimizar el envejecimiento prematuro de la piel que ocasiona la radiación ultravioleta –rayos UVA y UVB– y minimizar el riesgo de desarrollar enfermedades como el melanoma, es crucial disfrutar del sol y de sus beneficios con seguridad. Los protectores solares son los mejores aliados para conseguirlo.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Una de las funciones principales de la piel es la regulación de la temperatura de nuestro cuerpo. Ejerce de protector ante las temperaturas frías y cálidas y protege nuestro organismo contra otros agentes externos, como bacterias o sustancias químicas.
Está perfectamente diseñada para protegerse contra los rayos solares con sus propios mecanismos naturales:
La melanina
El pigmento natural de la piel que ejerce como mecanismo de defensa contra el sol y se encuentra en la piel y el pelo.
La melanina es un factor genético y es el color natural de la piel. En función de esto podemos diferenciar seis tipos de piel, desde menos pigmentada a mas oscura
Tener más o menos melanina no nos exime de usar protector solar, solo nos ayuda a evitar las quemaduras. Las pieles más oscuras son menos sensibles a las quemaduras solares, mientras que las pieles más claras tienden a quemarse con más facilidad.
Existen dos tipos de melanina:
Eumelanina
Absorbe la radiación UV. Cuanta más cantidad de eumelanina tenemos, más rápido se bronceará la piel.
Existen dos tipos de eumelanina: eumelanina negra y eumelanina marrón.
Si tenemos una pequeña cantidad de eumelanina negra en nuestro organismo, seremos propensos a tener el pelo canoso. Por otro lado, si tenemos una pequeña cantidad de eumelanina marrón, en ausencia de otros tipos de pigmentos, será fácil que tengamos el pelo rubio.
Feomelanina
Este tipo de melanina se encuentra sobre todo en personas con piel clara. No protege de la radiación UV y puede ser cancerígena con la exposición al sol.
El sudor
El sudor, secretado por el organismo cuando hace calor, es un mecanismo de defensa contra los rayos ultravioleta.Esto se debe a que el sudor contiene ácido urocánico. El ácido urocánico es un protector natural de la piel. Absorbe la radiación UV y previene las quemaduras causadas con el sol. Funciona como un filtro de protección, que no evita el bronceado de la piel.
Fototipos de piel
Fototipo es la capacidad de la piel para asimilar la radiación solar. Su clasificación oscila entre I y VI según la escala Fitzpatrick, una clasificación numérica para el color de piel desarrollada en 1975 por Thomas B. Fitzpatrick, un dermatólogo de la Universidad de Harvard, como un procedimiento de clasificar la respuesta de los diferentes tipos de piel a la luz ultravioleta (UV)
Fototipo I: personas de piel muy pálida, generalmente pelirrojos, con una piel que casi siempre se quema, apenas se broncea y que suelen sufrir reacciones fotoalérgicas al exponerse de forma prolongada a la luz solar directa.
Fototipo II: personas de piel blanca, sensible y delicada, en general de cabellos rubios o claros. Al igual que las de fototipo I, apenas se broncean, con reacciones fotoalérgicas en caso de exposición prolongada al sol.
Fototipo III: es el fototipo más común entre los europeos, correspondiendo a personas con cabellos castaños y pieles intermedias, que enrojecen primero y se broncean después de su exposición al sol, muy común en alemanes y daneses, raro en italodescendentes.
Fototipo IV: pertenece a las personas de cabellos morenos o negros, de pieles oscuras que se broncean con rapidez al exponerse al sol directo, muy común en italodescendentes, muy raro en Noruega.
Fototipo V: personas cuya piel es más morena que la del fototipo IV.
Fototipo VI: personas de piel muy oscura (tradicionalmente denominada "piel negra"), propia de los negros y aborígenes australianos (que en la antropología tradicional eran clasificados como de "raza negra", o melanodermos).
Esta clasificación se utiliza en medicina y en cosmética para recomendar cremas de protección solar con factores que oscilan entre 50 para las pieles más sensibles y 6 para las menos sensibles
Radiaciones solares
Las radiaciones solares están formadas por un espectro continuo de emisiones energéticas de diversas longitudes de onda, cada una de ellas tiene sus propias características físicas, una determinada energía asociada, una capacidad de penetración, etc. y, como resultado de todo ello, son capaces de producir un determinado efecto cuando inciden sobre la piel.
La capa de ozono de la atmósfera retiene, total o parcialmente, las radiaciones más nocivas. No obstante, las continuas agresiones a las que estamos sometiendo la capa gaseosa que envuelve la Tierra están provocando la destrucción progresiva de la capa protectora. Esto hace posible que una mayor cantidad y variedad de radiaciones solares sobrepasen esta barrera de seguridad y acaben
accediendo a la superficie terrestre.
La radiación de la que tenemos que protegernos, es la radiación Ultravioleta.
Existen tres tipos de radiación UV de acuerdo a longitud de Onda:
UVA: es el 95% de la radiación que llega a la superficie terrestre y atraviesa la piel, llegando hasta la dermis (Capa Interna de la piel)
UVB: representa el 5% de la radiación UV y se absorbe en la Epidermis (Capa superior de la Piel).
UVC: Queda retenida en la capa de ozono y no llega a la superfie terrestre.
Además de las características intrínsecas de las propias radiaciones, hay que tener en cuenta que existen una serie de factores que modulan el impacto para la piel de la exposición solar:
* Altitud. A mayor altitud, más intensos son los efectos de las radiaciones. De hecho, un incremento de 300 m de altitud comporta un aumento del 4% de radiación ultravioleta (UV).
* Oblicuidad. A menor ángulo en la incidencia de los rayos solares, más intenso será el efecto. La oblicuidad varía con la latitud en la que se produce la exposición y, dentro de una misma ubicación geográfica, varía con las estaciones del año.
* Altura del sol. Cuanto más alto esté el sol en el cielo, mayor será la radiación UV (entre las 10 y las 14 horas se recibe el 60% de la radiación UV diaria).
* Elementos climatológicos concurrentes. Elementos como las nubes o la humedad absorben parcialmente las radiaciones.
* Entorno. Las diferentes superficies tienen distinta capacidad para reflejar o absorber la luz incidente (la nieve refleja el 80-85%, la arena seca el 20% y la espuma del agua del mar un 25%).
Protectores Solares y filtros solares
Los productos de protección solar son cosméticos que, independientemente de la forma farmaceútica que adopten, tienen como finalidad la protección de la piel humana de los efectos nocivos del sol. Para ello se valen de la incorporación de ingredientes cosméticos, los denominados filtros solares, que tienen la propiedad de reflejar, absorber o dispersar los rayos solares, de modo
que permiten una exposición solar más prolongada y con menor riesgo. Los productos de protección solar normalmente actúan frente a las radiaciones UVB y UVA.
Sin embargo, la capacidad fotoprotectora no es la única propiedad exigible a este tipo de ingredientes. También deben carecer de toxicidad aguda o crónica y no ser susceptibles de causar irritación ni ninguna otra reacción sensibilizante, ser compatibles con el resto de componentes de la formulación y ser estables frente al calor, la humedad, la luz intensa y el pH de la piel.
La industria cosmética dispone actualmente de un amplio rango de filtros solares. Su clasificación se puede hacer atendiendo diversos criterios, aunque el que se adopta mayoritariamente es el que hace referencia a su mecanismo de acción, distinguiéndose así entre filtros físicos, químicos y biológicos.
Filtros físicos
En este grupo se incluyen los pigmentos inorgánicos (óxido de cinc, dióxido de titanio, mica), opacos a la radiación solar, característica que les permite actuar a modo de pantalla, de forma que por una parte reflejan la luz y por otra la absorben ofreciendo así una extraordinaria protección frente a la radiación solar. Las presentaciones más innovadoras de este tipo de filtro persiguen
tamaños de partícula cada vez más pequeños para que estas partículas sean transparentes a la luz visible, pero no a la luz ultravioleta. Así se evita el tono blanquecino que dejaban en la piel las formulaciones iniciales, sin menguar por ello la protección requerida.
A pesar de la gran eficacia protectora que tienen estos filtros, las formulaciones cosméticas suelen combinarlos con otros para conseguir preparaciones con un factor de protección solar (FPS) más alto, mayor fluidez y características organolépticas que los hagan más agradables al tacto y más fáciles de aplicar.
Filtros químicos
Se trata mayoritariamente de compuestos orgánicos aromáticos, de estructura conjugada, capaces de absorber radiaciones energéticas con longitudes de onda propias del espectro ultravioleta. Actúan impidiendo la transmisión de la radiación hacia los tejidos subyacentes y evitando así los efectos perjudiciales que provoca la radiación solar sobre ellos. Su capacidad protectora está condicionada por la longitud de onda que sea capaz de absorber la molécula (UVB, UVA), razón por la cual normalmente se utilizan combinaciones de filtros para aumentar su efectividad y conseguir un espectro de absorción lo más amplio posible.
Los filtros más empleados son el PABA (ácido p-amino benzoico) y sus derivados; el ácido cinámico y sus ésteres; benzimidazoles y derivados del ácido sulfónico, del bencilidenalcanfor, de las benzofenonas y del dibenzoilmetano. Todos ellos deben presentar una buena estabilidad química y tolerabilidad cutánea, así como no suponer riesgo de fotoalérgia o fotosensibilización tras los
cambios generados en su estructura a consecuencia de la captura de los fotones UV.
Filtros biológicos
Básicamente son moléculas con propiedades antioxidantes, cuya acción radica en el secuestro de los radicales libres responsables del envejecimiento cutáneo y del cáncer fotoinducido. Los máximos representantes de este tipo de filtro son el ácido ascórbico y el tocoferol, así como sus derivados.
Estos ingredientes activos suelen incluirse en las nuevas formulaciones solares, ya que adicionalmente presentan una acción coadyuvante de la actividad fotoprotectora de los filtros físicos y químicos, mejoran el aspecto y elasticidad de la piel y potencian el subsistema inmunológico cutáneo.
Factor de protección
El FPS indica el tiempo que se puede permanecer expuesto al sol con la piel protegida en comparación con la piel sin protección, hasta la aparición del eritema (Enrojecimiento)
A mayor número, mayor protección.
Existen hoy en el mercado, muchas formas farmacéuticas de protectores solares:
* Cremas
* Emulsiones
* Spray
* Mousses (espumas)
* Labiales
* Aerosoles
Recomendaciones para una correcta exposición solar:
1- Elegir un Protector Solar Adecuado a tu fototipo de piel. El profesional farmacéutico te puede guiar en este proceso, asesorando para elegir el producto más aceduado. Aplícalo de forma uniforme, sobre la piel seca, media hora antes de la exposición y repite la aplicación cada 60 minutos o después de bañarte o secarte.
2.- Tiempo de exposición.Limita el tiempo de exposición al sol y evita la franja de 10 a 16 horas, cuando la radiación solar es más vertical e intensa. Procura no dormirte al sol.
3.- Actividades al aire libre. Extrema las precauciones siempre que realices actividades al aire libre, no solamente cuando estés en la playa o en el río. Aunque el día esté nublado, la radiación ultravioleta atraviesa las nubes y se refleja en el agua, arena o hierba.
4.- Niños. No es recomendable exponer a los menores de 3 años al sol. Protegerlos con ropa, sombreros y gafas y aplicar un protector solar de factor alto y resistente al agua.
5.- Zonas sensibles. Presta atención a las partes del cuerpo más sensibles: cara, cuello, hombros, escote, orejas, manos y empeines. La protección de los labios se debe hacer con barras protectoras y la del cabello con productos específicos. No te olvides de usar gafas de sol para proteger los ojos.
6.- Ropa. Protege también tu piel con ropa (camisetas o pantalones), preferiblemente de colores claros, y la cabeza con sombreros.
7.- Hidratación. Beber agua con frecuencia y aplícarte crema hidratante sobre la piel después de
exponerte al sol.
8.- Medicamentos. Ten en cuenta que algunos medicamentos pueden provocar reacciones de sensibilidad al exponerte al sol. Si tienes algún tratamiento pautado, consulta el prospecto. En caso de duda, consulta a tu médico o farmacéutico.
9.- Revisa tu piel. Ante cualquier cambio en el color, la forma o el tamaño de manchas o lunares, consúltalo con tu médico o especialista.
Que cantidad de Protector me debo APLICAR para que la proteción sea la que dice el envase????
Para estar protegidos de los rayos UV de manera correcta debemos aplicarnos 2 ml de producto por cada cm² de piel, 30 minutos antes de la exposición y reaplicar cada 60 minutos si nos metemos al agua y nos secamos con toalla
Existe una regla para cumplir con la esa cantidad:
La regla de los dedos.
Campaña de Prevención de Cáncer de Piel
Se realizó en noviembre de 2018 la 25° Campaña Nacional de Prevención de Cáncer de Piel (y los resultados se difunden ahora), en la que casi 9.000 personas se hicieron chequeos gratuitos en 234 centros médicos de todo el país.
Datos:
* más del 70% fueron mujeres (un 20% más que en 2017)
* El porcentaje de participantes que se protege del sol se incrementó 8 puntos en los últimos 5 años.
* un 17,7% admitió no hacerlo nunca
* 23% se protege a diario
* 41% a veces
* 18,3% en ocasiones especiales.
Pero que haya mayor conciencia y que las personas se protejan más no quiere decir que lo hagan del todo bien. Cuando a los participantes se les preguntó sobre el modo en que lo hacen:
* el 6,2% dijo cumplir con las tres formas(protector solar, ropa y gorro/sombra, y respetando el
horario de no exposición 10 a.m a 4 p.m.)
* El 29% con dos de ellas
* 65% sólo con una.
* En todos los casos, el uso de protector solar es el método más usado.
Los resultados arrojan que:
* dos de cada tres (33 %) utilizan protector solar.
* el 38,4 % usa protector superior a FPS 30 (el porcentaje de participantes que se inclina por ese
factor se viene “incrementando progresivamente”, 29% en 2014 al 38,4% en 2018)
Fuente consultadas:
OMS
Ministerio de Salud de la Nación
Sociedad Argentina de Dermatología
Diario Clarín
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