«El Viejo Vily»
La pasión, la imaginación y el homenaje conviven en un solo auto
Marcelo Salvador, «Palomo», como todo el mundo lo conoce, es un apasionado de los autos, las carreras, ama las antigüedades, la restauración, ama darle valor o nueva vida a objetos que fueron tirados o abandonados. Y esa pasión la lleva a cabo continuamente en su impecable taller de electricidad del automóvil, de la calle 31 entre 18 y 20 de La Dulce.
Seis años le llevó construir un vehículo con piezas originales de distintos modelos de Ford. Pensarlo, diseñarlo, ajustarlo, reformarlo y lograrlo, usando sólo su imaginación y los conocimientos que fue adquiriendo a lo largo de su vida, pero sobre todo lo que aprendió de chico con el Viejo Vily, un dinamarqués de Juan N. Fernández, su pueblo natal, quien le enseñó la mayoría de las cosas que sabe y aplica y a quien decidió homenajear con el nombre de su vehículo.
Palomo es un loco inventor y su cabeza no descansa ni un segundo. No usa programas de diseño y ni siquiera lo dibuja en un papel. Todo lo que vemos realizado está en su cabeza. «Hay que imaginarlo terminado», aconseja como herramienta para lograr sus objetivos. Como todos lo conocen y conocen su pasión, le regalan piezas de autos, muchas originales, que él va juntando para después lograr maravillas como su «Viejo Vily»
Ese vehículo es un pequeño museo móvil de piezas ordenadas mágicamente, que cobran vida cuando le da vuelta a la llave y ruge el motor. Es un homenaje a muchas personas que fueron y son parte de su vida y que él las recuerda, las lleva dentro de su corazón y se emociona al nombrarlas.
El 28 de marzo, en el aniversario de la vecina localidad de Juan Nepomuceno Fernández, se lo verá por primera vez en una exhibición y más adelante, quién sabe hasta dónde llegará Palomo con su Viejo Vily…
Ya lo sabremos!
Publicado por La Dulce Digital. en Sábado, 13 de marzo de 2021
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