Falleció en La Plata, el Dr. Rodolfo Pirro

Fue médico en la vecina localidad de Santamarina por más de tres décadas

Rodolfo César Pirro, el médico que durante más de 35 años desempeñó su labor en la vecina localidad de Santamarina, falleció ayer, 18 de agosto, en la ciudad de La Plata, luego de atravesar serios problemas de salud, que lo tuvieron internado en cuidados intensivos desde los últimos días de Julio.

Llegó a Santamarina a mediados de la década del ´80, para cumplir su rol de médico y allí formó su familia, donde nacieron sus dos hijos varones Leandro y Lautaro. Había cursado sus estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata con un Postgrado en Medicina General y otro como Médico Comunitario, realizó sus prácticas en varios barrios de Capital y fue médico del Ejército.

Su especialidad como Generalista, le hizo recibir y atender consultas de todo tipo y tratar desde un resfrío hasta un parto, pasando por todo tipo de enfermedades y patologías, utilizando un baja lenguas, un estetoscopio, midiendo la presión arterial, la fiebre y observando al paciente. Era raro que pidiera estudios de manera urgente. Con los escasos, por no decir escasísimos recursos que contaba, se las ingeniaba para dar un diagnóstico y darle tranquilidad al paciente. Medicar y esperar evolución. Era tal el conocimiento general de cada uno de sus pacientes, que con verlos llegar y hacer algunas preguntas, sabía qué le podía estar pasando.

No sólo conocía al paciente, conocía su casa, su manera de vivir, sus gustos y costumbres. Y a la hora de recetar, tenía en cuenta todos esos factores. A  veces, es peor el remedio que la enfermedad, solía decir y no le prohibía algún mal hábito a un paciente que, si debía dejar de fumar, por ejemplo, poco hubiera solucionado y le hubiera sumado a su estado, la ansiedad que eso le generaría. La practicidad estaba dentro de su vademecum.

Era un gran contador de historias y anécdotas, que generalmente terminaban en una carcajada. Ocurrente y de un humor particular. Irónico y desprejuiciado. Amante de la pesca, de la playa, de la vida al aire libre, de los asados, de hacer quinta y de inventar, otra vez con los recursos que tenía a su alcance, desde un invernadero hasta un equipo de riego. O arreglar o modificar un auto, o un bote. Siempre estaba inventando o fabricando algo.

Se preocupó y ocupó de la salud y el bienestar de las comunidades de Santamarina y Energía por más de 35 años, acompañando y cuidando a sus habitantes, pensando en sus necesidades y ayudando a cumplir proyectos que beneficiaron la calidad de vida de todos.

Luego de jubilarse, trabajó un tiempo más en su querido pueblo adoptivo, que lo extrañará y recordará por siempre.

Que En Paz Descanses Rodolfo. El Doctor de Santamarina.

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