Los homenajes tienen un significado mas especial cuando se realizan en vida. Cuando quién recibe alguna distinción puede sentirlo, palparlo, disfrutarlo.

Hablar de don Miguel Calvo es sinónimo de La Dulce. Y que hoy se lo esté distinguiendo nos debe llenar de orgullo a todos.

Fue siempre él el que llevó la voz cantante ante algún reclamo de la comunidad. Si él estaba el asunto, era serio e importante. Solidario, laburante como pocos, comprometido, pero sobre todo buena gente. Forma parte de ese selecto grupo de hombres de palabra. Sin dobleces, que van al frente cuando la causa es justa y lo amerita.

Si hoy gozamos de un montón de avances y servicios es porque Miguel estuvo detrás peticionando ante las autoridades, que la mayoría de las veces se olvidan que existimos. Quitando horas de su tiempo por el bien común. Integró mas de una comisión de las tantas instituciones que tenemos en el pueblo.

Su paso por este lado no fue en vano. Ha dejado innumerables huellas por los caminos dónde transitó. Dejando enseñanzas, cosechando amigos, dando una mano a quién lo necesitaba. Tan simple e importante como eso.

Jamás le soltó la mano a nadie. Se jugó siempre por sus principios y fue marcando su y la historia de nosotros como comunidad.

La Dulce le debe mucho y hoy es una linda oportunidad para hacerle saber todo nuestro agradecimiento por tanto. Hay quienes pasan por las comunidades sin pena ni gloria pero otros dejan su marca, su impronta…esa que no se olvida.

Gracias Miguel por tanto.

Por Matilde Díaz