Puertas adentro: Violencia silenciada, madres que maltratan.

POR SANDRA ALTOLAGUIRRE. Y lo dejó parado, con la gastada ropa en la puerta de casa de su padre. Él bajó la mirada, ya no les cabía vergüenza a esos ojos jóvenes gastados. Otro fin de semana con los planes cambiados, con la ropa nueva colgada en el placard. otra vez  sin crédito cuando se

POR SANDRA ALTOLAGUIRRE.

Y lo dejó parado,
con la gastada ropa en la puerta
de casa de su padre.
Él bajó la mirada,
ya no les cabía vergüenza
a esos ojos jóvenes gastados.
Otro fin de semana
con los planes cambiados,
con la ropa nueva colgada en el placard.
otra vez  sin crédito
cuando se disponía a llamarlo.
Y ella, como si tratara
a una cosa
una cosa sin sangre,
una cosa inerte,
una cosa sin alma,
sin memoria,
repetía los gestos
una semana tras otra.
-Esta,  ¿será la última vez, MAMÁ?
Ilustro con este bellísimo, aunque doloroso  poema de la escritora y amiga Griselda Pereyra  otro de los temas que he elegido para compartir en este blog.
La pintura representada, «Será la Ultima vez”, de la artista local Alicia Guzmán Cendak, técnica mixta.
Se habla muy a menudo de situaciones violentas que viven muchas mujeres y sus hijos de parte de sus parejas, pero ¿Qué pasa, que sentimos, que pensamos y como intervenimos  cuando la que ejerce violencia es la mujer (madre), hacia sus hij@s?
Como sabemos el Maltrato Infantil es un atentado a los derechos más básicos de niñ@s y adolescentes. Todos los menores de edad tienen derecho a la integridad física y psicológica y a la protección de cualquier forma de abuso. Es sabido que muchos niños sufren violencia en su propio hogar y lo mas complejo es aceptar que de quien se espera que los proteja, sea quien lo golpea, agreda, insulte y manipule.
Como profesional, he venido trabajando con  temas de violencia hace ya varios años. Pero desde hace un tiempo que  observo y escucho relatos de niñ@s y adolescentes violentados por sus propia madres. Teniendo en cuenta que la violencia es un fenómeno multicausal, es que me voy a permitir analizar  estas conductas pero tratando  de cuestionar la esfera individual de quien la ejerce. ¿Qué es lo que pasa con estas mujeres? ¿Qué estructura psíquica se esconde tras estas conductas? ¿Que cambios  se han producido en la sociedad respecto a los roles de genero? Y si  ¿Es  la maternidad el núcleo natural fundante de la identidad femenina?
Cuando el organismo humano llega al mundo necesita que otro satisfaga sus necesidades. Que la madre reconozca en ese llanto una demanda de algo, es que se esta reconociendo en ese niño un sujeto y lo introduce en un orden simbólico. No basta que al bebe se le brinde higiene y alimentación, además hace falta un «encuentro afectivo”, esto es sumamente necesario para el proceso de subjetivación.
Me parece importante destacar esta cuestión porque Ulloa habla que en estos tiempos debe actuar lo que se llama «ternura”, que es una instancia psíquica que tiene dos habilidades: una, la empatia que suministra calor, alimento, palabra y por otro el miramiento, que es mirar con amoroso interés. Traigo esto a colación porque creo que si falla la ternura, el infante tendrá serias dificultades en relación con otro y si esta carencia de ternura trascurrió en un entorno violento el sujeto tendrá muy pocas posibilidades éticas. Me pregunto entonces ¿Existe el instinto maternal? Claramente no.
La maternidad es un mandato cultural. Algunas mujeres han sido madres por mandato, pero no por deseo. Ser madre es una decisión. Esto es ¿Puede estar ligado este no-deseo a la utilización de la violencia a sus propios hijos? O ¿Conocen solo este modelo de relación, no natural y aprendido como única forma de relación posible?
La literatura también nos ha dado conocimiento de que las madres se caracterizan por su bondad, cariño, incondicionalidad y abnegación, pero también hay una contrapartida, madres perversas y frías, crueles, narcisistas, egoístas, con severos problemas emocionales, algunas son indiferentes, pueden abandonar a sus hijos sin remordimiento ni culpa, con serias dificultades para cumplir su rol maternal. Son mujeres con un alto rol de mando y que pueden convertirse en algo muy irritable cuando sus hijos no la obedecen: la mitología griega  dice que Medea, mata a sus pequeños en venganza de que Jason, quien fuera su pareja y padre de sus hijos, la abandonara.
Muchas mujeres se vuelven aun mas violentas luego de un factor desencadenante, que puede ser una separación. Sin duda algo del orden de la frustración, la falta y el duelo no elaborado gira en torno a estas mujeres y que posiblemente todo esos sentimientos sean trasladados a los hijos. Una psiquiatra  muy famosa dice que el poder de la maternidad  puede ser utilizado para bien o para mal. El abuso hacia los hijos es una característica perversa que se manifiesta en conductas de negligencia y descuido.
El rasgo dominante de las personalidades perversas es la agresividad y la destructividad de otras personas, crean un ambiente de desconfianza y hostilidad hacia el mundo que los rodea. Proyectan una personalidad conflictiva que se manifiesta en todas las actividades diarias, pero pasa por bondadosa y amable en exceso con los extraños. Sus emociones van acompañadas de una situación cruel porque con estos sentimientos destructivos pueden compensar el odio y desprecio hacia ellos mismos. Viven en un mundo deformado a su antojo y se ensaña con las personas más cercanas a  ella: familiares, pareja, hijos. En el afán de hacer recaer su propio conflicto interno en el otro logran  crear historias creíbles pero altamente ficticias: la mentira en el perverso presenta una perfecta trama lógica. Esta motivada por  el deseo de herir a la personas.
Las relaciones de acoso que establecen el perverso narcisista son de seducción primero, y después de violencia. La seducción se produce a través de un proceso de influencia y dominación; procura entonces fascinar sin ser descubierto a través de la manipulación de las apariencias. La violencia de este tipo de personalidades es indirecta, no deja marcas pero si daños psicológicos.
Cundo además la madre desvaloriza,  humilla y agrede al padre de los mismos delante de ellos la situación se agrava, ellos indefensos,  son victimas directas de violencia. Actos de privación de la libertad, amenazas y manipulaciones con la ropa, los manejos de días y horarios de visita, los mensajes que van y vienen, producen afecciones psicológicas severas y mientra mas pequeños, mayor  su vulnerabilidad. Porque la violencia psicológica, no se ve pero produce traumas mas graves que la violencia física. Lo mas grave aun que estos niños al llegar a la adolescencia y tienen una huella marcada a fuego de lo que fue su primera infancia. La violencia desorganiza el primer andamiaje de la personalidad del niño; así los hijos crecen ahogados en el miedo y el estrés.  Hay que  derribar el mito de que «los hijos están mejor con la madre   porque esta  implícito que nadie mejor que ella para cuidar y proteger a los niños”, porque la realidad muchas veces nos dice otra cosa. A veces renunciar a un hijo puede ser un gran acto de amor.
Entonces ¿Qué hacer? ¿Desde que lugar intervenir? ¿Cómo podemos ayudar? En la actualidad existe mayor toma de conciencia  de la violencia y sus consecuencias contra los niños por lo que se han implementado acciones, nuevas legislaciones y programas orientados a mejorar el sistema de denuncias y estudios orientados a comprender la complejidad de tal flagelo.
Pero ¿Eso basta para cesar los malos tratos físicos y psicológicos que se producen cada día contra ellos? Es necesaria una protección legal pero también  es urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos hábitos de crianza y convivencia. Una actuación profesional adecuada  permitirá  prevenir estas formas de maltrato. Todos tenemos que estar atentos y comprometidos con la situación: familiares, vecinos, profesionales, docentes, todo el entorno del niño, ya que la vida de estos puede estar corriendo peligro. Hay que perder el miedo y denunciar. Escuchar. Hablar. Como problemática social-comunitaria hay que asumir un protagonismo activo. Muchas veces, buscando ideales de solución, nos quedamos paralizados y no hacemos nada. El desafío es hacer algo. Desde el lugar que estemos.
Espero sus opiniones para reflexionar junt@s. Gracias Griselda  y Alicia por sus obras!!!
Fuente: ecosdiarios

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