REACCIONES EN SERIO CUANTO ANTES.
Nota editorial de Sendero Regional de esta semana. La inseguridad en La Dulce.
Semanas atrás, en este mismo espacio expusimos la situación de inseguridad que ha vulnerado a la otrora tranquila localidad de La Dulce.
Aquél ilusorio pensamiento de que el delito, las malas costumbres y la violencia no llega a las comunidades pequeñas o tarda en arribar, ha empezado a quedar desterrado ante los acontecimientos diarios que se viven, lamentablemente cada vez con mayor frecuencia.
Con preocupación por cambiar este panorama y que se recupere la paz en un pueblo donde todos los vecinos se conocen y hay muchos núcleos familiares, se hace necesario que la sociedad en su conjunto reaccione y ponga en marcha los anticuerpos para combatir este flagelo.
En primer término reaccionar significa hablar del problema, no esconderlo debajo de la alfombra y mirar para el otro lado, “total a mi no me ha pasado nada…”
En tal sentido, como ocurriera el año pasado, el sacerdote Román Bustinza no se ha escondido y ha salido a exponer públicamente su lamento e impotencia por la situación.
A través de un reportaje concedido al medio colega Ecos Diarios, de Necochea, el cura de la localidad de La Dulce relató la cruda realidad por la que pasa esta población.
Habló de que se ha perdido la tranquilidad, de la proliferación de la droga en la comunidad, especialmente en los jóvenes; de la impunidad y la falta de control por parte de quienes tienen esa función y de la apatía de la población porque “Todos nos callamos, cedemos y el delito crece”.
¿Es el padre Bustinza el único valiente que sale a decir las cosas como son? Es probable, aunque obviamente no debería ser así. Esta problemática es tan grande que no es privativo de una sola persona el exponerla o darle solución.
Desde lo dialéctico, durante su reciente visita a La Dulce, con motivo de la celebración del 107º aniversario de la localidad, en nota concedida a Sendero Regional que se publica en este número, el intendente José Luis Vidal dejó una frase que por cierto inquieta y marca la gravedad de la cuestión: “En materia de inseguridad, parece que todo lo que uno hace no alcanza”.
Y si bien el Estado no se desentenderá de la cuestión, la declaración del jefe comunal ratifica que estamos ante un grave problema y no sobran armas para combatirlo.
Como una promesa vinculada a la cuestión, que es de esperar se cumpla cuanto antes, Vidal habló de sumar más policías a La Dulce, un déficit que mucho tiene que ver con el desmadre que se ha planteado en materia de seguridad.
Entre los últimos hechos, y tal cual lo mencionáramos en un reciente editorial, se produjo un caso de gravedad: un vehículo fue robado de una vivienda aledaña a la sede de la delegación municipal e incendiado hasta su destrucción en un descampado.
El auto era para su propietario, Fabián Kolle, una herramienta de trabajo y la situación ha comprometido su situación económica y por ende la de su familia.
Transcurrido un tiempo más que prudencial, el damnificado y la comunidad en general no han obtenido respuestas sobre los autores del hecho. Las supuestas imágenes que sobre los mismos habrían tomado las cámaras de seguridad ubicadas en el área de donde se llevó el rodado siguen en manos de la Justicia, que por cierto no se destaca por su celeridad.
Desde el Estado tampoco hay respuestas. En primer término la Sociedad de Fomento dulcense llamó a una reunión a la delegada municipal, Fátima Rodríguez, quien no se dignó a concurrir y envió a segundas líneas.
Días después, sin difusión en los medios, la delegada convocó a varios de los que participaron en aquél encuentro y a funcionarios del municipio de Necochea, entre ellos el secretario de Gobierno, Juan Carlos De Francisco y el secretario privado del intendente, Carlos Hospitaleche.
Trascendió que en la oportunidad se habló profundamente del tema, aunque los asistentes salieron con el sabor amargo de falta de respuestas a sus demandas en cuanto a contar con mayor seguridad.
Llamativamente ha existido una marcada inacción de los vecinos de allí en más. Como si estuvieran resignados a seguir soportando el delito, ingresando en una ruleta rusa en la que le puede tocar a cualquiera.
Desde esta columna instamos a no bajar los brazos. El retornar a una vida tranquila depende de la ciudadanía en su conjunto, ya sea exigiendo a las autoridades y cuidándose entre todos.
CARLOS LABORANTI
Director Ejecutivo de Sendero Regional.
Si en un pueblo de 2000 habitantes, no se puede saber de estos infortunios, entre otras cosas, que se pretende de un país? Hay que involucrarse! A mi, en La Dulce, me quemaron una cosechadora dentro del galpón, me dañaron un tractor Zanello 500 (nuevo), y parte de otro. Este individuo fue un tal Rodriguez, Hermano del famoso «Chamaco Rodriguez», al que pude hacer que la justicia envié a prisión. Por poco en el Pueblo, sabiendo que tenia este problema con este sujeto, ni me saludaban, por miedo, por lo que fuere, ya que este individuo se comía a los niños crudos. En ese raid, donde quemo todas mis herramientas, tambien quemo un sembrado, rollos, casas, Camiones y demás entre La Dulce, Necochea y Quequen. Yo, Pedro Nicolino, fue el único que lo denuncio, y se sentó en la otra punta de la sala donde la jueza en aquel entonces, años 2000, dicto sentencia (estuve solo en el juicio, no tenia a nadie conmigo, solo a la fiscal, que tengo que recalcar que se porto como una verdadera paladín de la justicia). Por juicio abreviado (probation), Esta lacra fue sentenciado a realizar trabajos comunitarios. El juicio penal, se lo gane, faltaba el juicio civil, por resarcimiento del daño. Donde mi abogado de Necochea, me traiciono junto con demas involucrados/as. La causa por la cual este individuo comenzó su raid de daños, fue por que el banco le reboto un cheque mio de $2297 pesos. Cheque que di a un tercero para pagar un arrendamiento, y no pude levantar a tiempo. Este cheque fue a parar a manos de este tal Rodriguez, que era, entre otras cosas prestamista. Eso fue todo. Hay que involucrarse, y tener lo que hay que tener. Hablar se habla muy fácil, es gratis y libre.