Desde esta y otras tantas columnas periodísticas, suele apuntarse periódicamente los graves inconvenientes que presentan desde hace años la mayoría de las rutas de la Provincia de Buenos Aires.
Inversiones harto prometidas y nunca cumplidas y fundamentalmente una notable falta de mantenimiento, han creado un estado que llevará tiempo revertir, más allá del plan de tareas que ha encarado últimamente la administración que encabeza Daniel Scioli, sumamente promocionado por el año electoral como telón de fondo.
Las rutas que convergen en las localidades a las que cada semana llega Sendero Regional, no son la excepción.
Repasando el mapa de comunicación vía terrestre de este rincón del mapa bonaerense, la ruta provincial 75, que une la 228 (Energía) con la localidad de San Cayetano, es una de las que peor estado presenta, aunque lo más saliente es que se viene reclamando su arreglo a la Provincia desde hace tres décadas. A modo de anécdota, vale recordar que el fallecido Antonio Cafiero la prometió en los tiempos en los que estaba al frente de la gobernación.
La situación es mejor en el tramo que comunica al paraje Energía con la localidad de Gonzáles Chaves. Asimismo las banquinas solían presentar pastizales altos y a través de un convenio de municipio con Vialidad, la cuestión ha mejorado sustancialmente.
El mismo panorama ofrece la turística ruta 72, que posibilita el viaje al Balneario San Cayetano, señalizado en su ingreso con un cartel que justamente fue colocado hace pocos días.
Entre las curiosidades del relevamiento efectuado por Sendero Regional surgió que la ruta 85, que comunica las localidades de La Dulce, Deferrari, San Cayetano, Ochandio y Tres Arroyos aparece en los registros del catastro provincial como asfaltada, pero la realidad es que sólo está entoscada. ¡¡¡Una estafa!!!
Un dato de color vinculado al tema es que las maestras que van a dictar clases a Deferrari no cobran el plus por ruralidad porque en las dependencias estatales la ruta figura asfaltada. Cuestiones que solo parece suceden en nuestro país.
Una de las vías de comunicación de nuestra región es la 228, que une Necochea con Tres Arroyos. Claro que curiosamente se trata de una ruta nacional, que sin embargo el año pasado sufrió los embates de un fenómeno climático por la cual estuvo cortada al tránsito en varios tramos, producto del agua acumulada en la traza.
Por el lado de La Dulce, el camino de acceso desde la ruta 86 está tan roto que obliga a los automovilistas a rodar con sus vehículos por las banquinas en varios tramos para evitar los profundos pozos.
En el reciente aniversario de la localidad las autoridades municipales se comprometieron a llevar adelante las gestiones para brindar una solución. El tiempo dará la respuesta.
La cercana 86, que une Necochea con Benito Juárez tampoco cuenta con una situación tan positiva, con varios sectores de máxima peligrosidad, advertidos por la UDUV. Una vez concretado el alteo a la altura del kilómetro 50, que dio solución a un viejo inconveniente de inundaciones cada vez que llovía intensamente, el resto del camino sólo ha sido emparchado.
La ruta 227, una de las más nuevas en cuanto a su reconstrucción ha empezado a romperse en varios tramos, especialmente en la zona de San Manuel y Napaleofú, como así también a metros del enlace con la 226.
En las últimas semanas Vialidad ha puesto en marcha un trabajo de bacheo profundo, al decir de las autoridades, aunque una sola solución terminaría con el dinamitado y peligroso camino en esa zona: la repavimentación.
Cercana y por ende con injerencia en la región a la que cada semana llegamos con nuestra información e inquietudes, aparece la “castigada” ruta 88, que une Necochea con Mar del Plata, denominada popularmente como la “ruta de la muerte”, por la cantidad de vidas perdidas en accidentes automovilísticos.
Abierto un concurso de precios en el que se presentaron varias empresas, se ha anunciado para dentro de 90 días el comienzo de la obra de repavimentación en sus 120 kilómetros de recorrido. ¿Será verdad?

CARLOS LABORANTI
Director Ejecutivo.

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