Silvana Andrada, víctima de violencia. «Mi mensaje es que se puede salir».

Esta joven mujer de la ciudad Quequén, estuvo ayer en La Dulce, en el programa de radio Jovenmente, allí habló sobre su experiencia y dejó un mensaje esperanzador.

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Al aire. El programa Jovenmente con el testimonio de Silvana Andrada.

El programa de radio Jovenmente, (martes de 17.00 a 18.00) producido y conducido por adolescentes de nuestra localidad, aborda temas de actualidad o de interés. Esta semana, estuvo dedicado a la violencia de género a propósito de la marcha Ni Una Menos, que se llevará a cabo en todo el país y en nuestra localidad.

Ayer, el programa contó con la presencia de Silvana Andrada, de la ciudad de Quequén, quien fuera víctima de violencia de género y que pudo salir de ese círculo viciosos. Al finalizar el programa, dialogamos con Silvana, nos contó su experiencia, habló sobre sus miedos, sus fortalezas, su trabajo para ayudar a otras mujeres y nos deja un mensaje lleno de esperanza: «Se puede salir».

Silvana contanos tu experiencia de haber participado con estos chicos tan jóvenes en el programa de radio.
-La verdad que muy gratificante, ver chicos jóvenes, entusiasmados, que les interesa también el tema. Porque nos afecta a todos. Todos tenemos alguna vecina, alguna amiga, que ha sido violentada o que está siendo violentada en este momento y en estos lugares se puede tratar de transmitir el mensaje que  se puede salir adelante, que hay que tratar de pedir ayuda… que hay instituciones donde hacerlo, o entre amigas, decir: lo cuento… entre mujeres tomando un mate, buscar la solución, porque se puede salir de esta situación.

-Contanos cómo fue tu caso. Vos estabas siendo víctima de violencia. ¿Qué fue lo que te llevó a pedir ayuda?
-En un momento me hizo un clic. Yo tengo un nene y él ya estaba tomando dimensión de las cosas. En ese momento tenía tres años, y con las discusiones se tornaba todo muy violento, muy denso. Entonces tomé la determinación de pedir ayuda. Yo no quería estar más en esa relación. No quería eso. No lo quería ni para mí ni para mi hijo. Entonces pedí asesoramiento.

-¿A donde fuiste a pedir ayuda?
– Fui a un CPA que se encuentra en Necochea, fui a un par de reuniones, de entrevistas, con asistencia psicológica, asesoramiento legal y ahí me informan que en Quequén estaban trabajando con un grupo en la salita de Fomento, se reunían los jueves: la trabajadora social de Fomento, con una abogada, una psicóloga y también chicas que estaban estudiando para asistentes sociales y que estaban haciendo la tesis y chicas o mujeres que estábamos siendo víctimas de violencia.

– Vos te enteraste que ese jueves se reunían y fuiste o pasó más tiempo hasta que pudiste ir.
-No, yo creo que en ese entonces fui ese jueves, a escuchar, porque si bien es el centro de salud donde yo concurro, estás con gente que tampoco conoces, tampoco es tan fácil hablar tus cosas, vas con una necesidad, pero a su vez todo tiene su tiempo, su proceso, porque son cosas muy difíciles de contar, porque uno va a pedir ayuda, pero también está eso de ¿me expongo o no me expongo? ¿Me van a juzgar? O si me van a ayudar, ver cómo es…

-¿Qué sentiste en ese lugar? Te sentiste abierta, ¿sentiste que podías decir todo?
-Si, podíamos hablarlo porque éramos todas mujeres y todas estábamos por el mismo tema. Un espacio muy acogedor, la misma gente que trabaja ahí te hace sentir que vos puedas transmitir lo que te está pasando y a su vez contenerte.

-¿Encontraste más casos como el tuyo?
-Sí.

-¿Te viste reflejada en esos casos?
-Si, me he visto reflejada y a la vez he podido invitar a otras chicas, que vayan, que prueben… no es fácil, todo es un proceso. No es fácil ir a contar lo que te está pasando. Es tu intimidad e ir a contarlo a un grupo, que de ese grupo conoces a una o dos personas, te da mucha vergüenza, mucho pudor. Y probablemente vas a empezar un día y a la semana siguiente no vas, o vas a volver cuando tengas la necesidad. Y es como decían recién las chicas en el programa, nadie te va a exigir que te separes ni nada por el estilo, pero sí van a asesorarte, van a acompañarte.

-¿Cómo fue la reacción de tu pareja cuando supo que estabas yendo a un lugar a pedir ayuda?
-En un momento, no creyó que yo estaba asesorándome. Hasta que realmente sí se dio cuenta que yo me estaba asesorando, que estaba yendo a un grupo y que no estaba sola, que estaba acompañada.

– ¿Y eso cómo le cayó a él?
– Yo tuve que hacer una restricción de domicilio porque él, en cierto modo, como que no lo entendía. Tuve que hacer la denuncia y obtuve la restricción al domicilio como para tener un corte en la relación.

– ¿Y ahí lo pudo entender?
– Ahí lo pudo entender.

– ¿Hoy como estas?
-Hoy estoy bien… hay heridas que van a quedar. Pero considero que estoy más fuerte, que puedo transmitir mi experiencia… son cuestiones muy sensibles también. Y con la expectativa también que la sociedad cambie, que cambien las cosas. Que no quede una marcha solamente a nivel nacional y que después todo vuelva a ser como está. Porque hay mucho para cambiar. Para ir modificando, no sé si cambiar,  porque no podemos pretender que toda una cultura que viene con todo un bagaje lo cambiemos de un día para el otro, pero sí empezar a hablarlo.

-¿Cómo es la relación de tu ex pareja con tu hijo?
– Es buena, tienen buena relación.

– ¿Y con vos actualmente?
– Tenemos buena relación. Distante. Pero es el papá de mi hijo y bueno, ya no hay discusiones, trato de escuchar también al otro, más que nada por el nene, tratamos de tener una buena relación.

-Vos ahora, ¿Seguís participando de estos grupos de autoayuda, seguir involucrada con esta causa?
-Si, estoy muy agradecida de lo que hicieron las chicas conmigo, y a su vez trato también de buscar otros espacios, porque para  mí tampoco es tan fácil volver al espacio. Hablo del espacio físico y escuchar los testimonios de otras chicas te hace volver al pasado y a veces lo llevas bien y a veces no. Pero a donde yo voy trato de llevar esta bandera de decir el primer paso es hablarlo, pedir ayuda y saber que sí se puede salir.

-Mañana seguramente vas a participar de alguna de las marchas de Ni Una Menos participando y también llevando este mensaje a las otras mujeres.
-Si, mañana nos reunimos en la plaza de Necochea, creo que la marcha la encabeza Antígona, y también coincido con las peticiones que se hacen en esta marcha referidas a presupuesto, referidas a muchas cuestiones que se pueden ir modificando, que la mujer tenga garantías de que ese violento no la va a volver a atacar.

– Eso es lo que más necesita la mujer… ¿Tener una garantía o una certeza de que está siendo cuidada?
– Si, que está siendo cuidada. El tema de la vivienda también es importante, ¿a dónde va a ir si tiene que irse de su casa? Si no tiene trabajo, ¿Qué hace con sus hijos? Montones de cosas.

Todas esas cuestiones, ¿Vos las encontraste en el grupo de autoayuda?
– Si, en un momento hicimos una especie de microemprendimiento, como mi oficio es la chocolatería, otra chica sabía de catering y otra chica sabia de panificaciones, hicimos para salir de la emergencia servicio de catering.

– ¿Eso también encuentran en los grupos?, un medio de vida o por lo menos hasta poder salir de esa situación, encontraron esa salida para solucionar la parte económica.
– Si, aparte de lo económico, te sentís útil, ¿Cómo explicarlo?, estábamos en el proceso de las separaciones y nos juntamos para decir vemos cómo podemos salir adelante. Porque vos en ese momento tenés la autoestima por el piso, y todos tenemos distintas capacidades y se puede, se puede salir adelante.

-Bueno Silvana, la verdad que ha sido muy interesante tu testimonio, al igual que los chicos del programa que te felicitaron, yo también quiero hacerlo, felicitarte por tu valentía, por tu predisposición de haber llegado hasta acá y por seguir transmitiendo este mensaje como lo has dicho en reiteradas oportunidades, decir que “se puede”.
-Muchas gracias por el espacio y si lo que yo puedo contar de mi experiencia sirve a otras, más que válido.

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