Diario de viajeros. Vero y Nacho. «Mordiendo el polvo»

Centroamérica, a diferencia de lo que sucede por ejemplo en Argentina, sólo reconoce dos estaciones climáticas y no cuatro: la temporada seca, que va de noviembre a mayo y la temporada húmeda que ocupa los meses restantes. Este es un dato que sabía antes de viajar pero nunca lo había imaginado tan tajante. Desde que llegamos

Centroamérica, a diferencia
de lo que sucede por ejemplo
en Argentina, sólo reconoce
dos estaciones climáticas y
no cuatro: la temporada seca,
que va de noviembre a mayo
y la temporada húmeda que
ocupa los meses restantes.
Este es un dato que sabía
antes de viajar pero nunca
lo había imaginado tan
tajante.
Desde que llegamos a Panamá, sólo llovió una vez y muy poco. Naturalmente,
que no llueva por tantos meses ocasiona diversas consecuencias pero una que
ha llamado mi atención, tal vez por la cercanía cotidiana, es la cantidad de
polvo que se acumula en las calles (que son de tierra) volviéndose por
momentos intransitables. Entonces los que van en moto o en cuatriciclos
(la mayoría) lo hacen con las caras tapadas por pañuelos y los que van
caminando que Dios los ayude. Lo increíble, de todas formas, es observar el
polvo acumulado en las hojas y plantas al costado de las calles. Por momentos,
en un ataque ecológico, dan ganas de ir, despacito, sacándoles todo eso con
un trapito húmedo así vuelven a brillar.

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