Disfrazarse, pedir caramelos, asustar, son parte de las diabluras que se hacen en Halloween, una fiesta que no nos pertenece pero de lo que no vamos a discutir. Hemos dejado que otras culturas y costumbres nos invadan desde siempre y esta no es la excepción.

El tema en cuestión, es la falta de respeto y la mala educación de algunos de los niños, tal vez no tan niños que salen a festejar Halloween.

Como decía al principio: disfrazarse, pedir caramelos, asustar… está dentro de lo sano del festejo. Pero ¿ensuciar?, ¿romper huevos en los frentes de las casas o negocios?

No había finalizado la fiesta de Halloween, cuando ya había recibido un llamado telefónico y hoy recibí un par de mensajes en Facebook, de gente enojada por haber encontrado el frente de su casa sucio y con huevos rotos.

Insisto. Ya nos hemos dejado invadir por otras culturas y no está mal divertirse sanamente, aunque no nos pertenezca esta celebración. Lo que sí está mal es faltar el respeto a los demás y ensuciar casas ajenas.

Las quejas llegaron a este diario, porque la gente no sabe qué hacer en estos casos. Solo quejarse en un medio público y esperar que el año que viene la diversión llegue por otro lado.

Aclaración: los niños que aparecen en las fotos festejando Halloween, no están involucrados en este hecho y en su mayoría estaban acompañados por sus madres.