El efecto del incendio del Amazonas en la actividad agropecuaria argentina
Una de las noticias más impactantes de los últimos días y que podrían ocasionar graves consecuencias sobre nuestro planeta es el incendio del principal pulmón de la Tierra.
La mayoría de los expertos internacionales muestran su preocupación por esta situación, ya que lo que se está quemando no es sólo un bosque, sino una pieza clave en el equilibrio ecológico actual. Todo indica que el Amazonas es cada vez más vulnerable por la acción humana, actividad minera, industria maderera, la agricultura y la ausencia del tema ambiental en la agenda pública de los estados apoyando con acciones y recursos para mitigar los efectos del “Cambio Climático”.
Efectuaremos una revisión de la bibliografía científica, focalizando cómo puede influir fundamentalmente sobre la producción agropecuaria de nuestra zona de influencia.
Servicios ecosistémicos
La selva del Amazonas, posee una extensión estimada de 7.000.000 de Km2, repartida entre nueve países, suministra humedad a toda Sudamérica, influye en las lluvias de la región combinando la humedad del mar con la evaporación y transpiración de los árboles, contribuye a la estabilización del clima global, provee el 20% del oxígeno a la atmosfera y posee la mayor biodiversidad del mundo.
Según un estudio del Instituto Nacional de Pesquisa Agropecuaria (INPA) de Brasil, un árbol adulto puede aportar diariamente más de 300 litros de agua en forma de vapor a la atmósfera, más del doble de lo que un brasileño consume diariamente.
Al igual que todos los ecosistemas del planeta, las selvas brindan beneficios a las poblaciones humanas conocidos como servicios ecosistémicos, que son los beneficios que las sociedades obtienen de los ecosistemas. Estos beneficios se derivan de los componentes “sin vida” como agua, nutrientes, luz y de los componentes “con vida” como plantas, hongos, animales, microorganismos, así como de las interacciones entre ellos.
El concepto de servicios ecosistémicos tiene la finalidad de hacer explícitos los beneficios que los humanos obtenemos de los ecosistemas. El estudio de ellos, es relativamente reciente y el concepto se acuñó en 1997 cuando se publicó el libro “Los beneficios de la naturaleza” de Daily. El concepto obtuvo una gran atención de la comunidad científica porque identifica a los actores que manipulan los ecosistemas que pueden poner en peligro su funcionamiento, lo que a su vez amenaza el bienestar de las sociedades.
El creciente interés por los servicios ecosistémicos se convierte en el centro de la iniciativa mundial de la que participaron 95 países, conocida como la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, la cual tuvo por objetivo mostrar los vínculos que existen entre los cambios en los ecosistemas y el bienestar humano.
Se reconocen tres distintos tipos de servicios ecosistémicos que, se aplican a la Amazonia.
– Los primeros son los que se pueden consumir directamente, conocidos también como recursos naturales. Se trata de los servicios de suministro que incluyen los alimentos (agricultura, ganadería y pesca), agua dulce, medicinas (más de 10.000 especies de plantas nativas del Amazonas tienen ingredientes importantes para uso médico y cosmético), maderas y fibras, recursos genéticos y energéticos, entre otros.
– Los segundos son los que regulan las condiciones en las que habitamos y en las que llevamos a cabo nuestras actividades productivas y económicas. Se trata de los servicios de regulación, los cuales permiten que las condiciones tiendan a cambiar poco y a oscilar dentro de rangos que nos permiten vivir, cultivar alimentos o regular los impactos de eventos extremos, entre otros, como la regulación climática, almacenamiento de dióxido de carbono (gas de efecto invernadero), la regulación de inundaciones, control de la erosión, control biológico de plagas, polinización, etc.
– Los terceros entran en la categoría de los servicios cuyos beneficios no-materiales comprenden valores estéticos, espirituales, educacionales, turísticos y culturales, así como aquellos asociados a la identidad, el legado cultural y el sentido de pertenencia.
Un grupo adicional de servicios que son los de soporte, comprenden los territorios indígenas, cuya población es la más vulnerable a cambios en la provisión de servicios ecosistémicos, debido a su alta interdependencia entre ellos y los ecosistemas naturales y junto a las áreas protegidas juegan un rol fundamental en la conservación de la Amazonía.
¿Cómo nos va a afectar?
Si bien la primera manifestación es la presencia de humo que reduce la visibilidad y afecta las vías respiratorias, hay emisión de gases de efecto invernadero, que contribuye al cambio climático, generando un aumento de las temperaturas a nivel global. Este aumento de temperaturas, podría ocasionar un incremento en el derretimiento de los glaciares y casquetes polares, crecimiento de los niveles del mar y cambio en su concentración salina por ingreso de agua dulce proveniente de los derretimientos, que podría afectar las mareas que poseen una gran influencia sobre el clima, con posible ocurrencias de sequías y calores extremos.
La destrucción de la selva que actúa como una “esponja”, va a generar un mayor nivel de inundaciones en el litoral argentino, dado que el caudal de agua que llegaría desde los ríos del Amazonas a nuestro territorio vendría con mayor caudal y velocidad
A su vez, la destrucción de la selva que actúa como una “esponja”, va a generar un mayor nivel de inundaciones en el litoral argentino, dado que el caudal de agua que llegaría desde los ríos del Amazonas a nuestro territorio vendría con mayor caudal y velocidad.
Asimismo, la cuantiosa pérdida de vegetación modificaría el sistema de evaporación de agua, dado que la selva absorbe grandes volúmenes, que luego por evapotranspiración (evaporación del suelo y transpiración de las plantas) forman los llamados “ríos voladores”, es decir, masas de aire cargadas con vapor de agua que transportan la humedad. Estas enormes nubes de lluvia también influyen en la precipitación de Bolivia, Paraguay, Argentina, Uruguay e incluso en el extremo sur de Chile.
Todos estos factores también influirían en la alteración de las épocas e intensidad de las lluvias, pudiendo repetirse cada vez más seguido, grandes tormentas con caídas de granizo y fuertes vientos. Estos efectos, afectan directamente a la producción de cultivos, altamente dependientes de las condiciones climáticas y las temperaturas de confort del ganado.
Todos estos factores también influirían en la alteración de las épocas e intensidad de las lluvias, pudiendo repetirse cada vez más seguido, grandes tormentas con caídas de granizo y fuertes vientos
Datos de Argentina
Incendios de bosque y deforestación ocurren todos los años, lo importante es tener datos del aumento de los focos de incendios y la tasa de forestación anual y obviamente contar con políticas públicas, recursos, investigación científica y estrategias de prevención e intervención para proteger los recursos naturales.
¿Qué pasa en Argentina? Los especialistas José Volante y José Paruelo (INTA EEA Salta y UBA-Conicet) evaluaron la tasa de deforestación en el NOA, durante el período 1976 y 2007, utilizando fotointerpretación de imágenes satelitales y Sistema de Información Geográfica, determinaron un intenso proceso de deforestación asociado a una fuerte expansión de la frontera agrícola, principalmente en la Ecoregión Chaqueña, provincias del NO Argentino (Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero) en donde el desmonte dio lugar a una pérdida de hábitat natural y a una transformación de la configuración del paisaje.
Entre 1996 y 1997 la deforestación se mantuvo a un ritmo constante (84.000 ha/año), generándose parcelas con un tamaño promedio de 62 hectáreas. Luego la tasa se incrementó 2,6 veces (234.000 hectáreas /año) y el tamaño medio de parcela se elevó a 81 hectáreas. El 28,6% del total deforestado hasta 2007 (1.750.000 hectáreas) se realizó en los últimos siete años (entre 2000 y 2007), siendo Salta y Santiago del Estero las provincias más afectadas (92% del total). La tasa de pérdida de bosque nativo (-1,40%) supera ampliamente la media mundial y continental (-0,2% y -0,51% respectivamente).
Alerta
El reemplazo indiscriminado del bosque, pastizales y humedales remanentes para su aprovechamiento agrícola, forestal, pecuario, minero o inmobiliario sin una evaluación de los efectos colaterales o externalidades que los acompañan es un gran riesgo para las generaciones actuales y futuras por todos los efectos enumerados en este artículo.
Por
Gustavo Giaccio Doctor Ciencias Agrarias. INTA. Chacra Experimental Integrada Barrow
Agustín Báez Jubilado INTA. Ingeniero agrónomo, Especialista en Producción Vegetal
y Raúl Corral Ingeniero Agrónomo. Becario Doctoral INTA – Conicet. Chacra Experimental Integrada Barrow.
Fuente: LA VOZ DEL PUEBLO
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