Cómo era el playroom donde Diego Maradona murió en soledad

En el barrio privado San Andrés

 

Por Esteban Mikkelsen Jensen

 

Un playroom en planta baja con cama doble, televisor de 32 pulgadas, inodoro químico portátil, sillón masajeador, aire acondicionado, las ventanas tapiadas con durlock para amortiguar el paso de la luz natural y una puerta corrediza armada a las apuradas para brindarle algo de privacidad. Así eran las «comodidades» de Diego Armando Maradona, el mejor futbolista de la historia, en lo que debió haber sido una internación domiciliaria y terminó siendo su triste lecho de muerte el miércoles 25 de noviembre en el barrio privado San Andrés, de Tigre.

«Hablando con Claudia, me decía: ‘Cabezón, si entrabas y veías dónde falleció Diego, te morís‘», contó hace unos días Oscar Ruggeri, compañero de gloria en el Mundial de México 1986, quien tuvo una admirable entereza para no romper en llanto cuando el periodista Federico Bueno, de ESPN, contó en vivo que el corazón de Maradona «no resistió» aquel miércoles nefasto.

Matías Morla, su mano derecha, odiado por Dalma y Gianinna Maradona, había pagado el alquiler hasta el 31 de enero de 2021, en un contrato firmado por Jana el 10 de noviembre. La casa está ubicada en el lote 45 y desde la habitación de Diego se veía una especie de canal de una laguna. «Todo era muy precario, por no decir un desastre«, dijo una fuente consultada por Clarín.

Desde el entorno del abogado, la versión es totalmente opuesta: «Tenía vista al lago y se puso durlock en las ventanas que daban afuera para que no le entrara la luz. Tan chiquita no era la habitación. Y arriba había cuatro habitaciones más, una con baño en suite», indicaron a este diario.

La casa tenía en su planta baja un living con comedor integrado. Luego la cocina y un baño con bañera. Maradona fue alojado en el playroom porque no podía subir las escaleras, tanto por su rodillas maltrechas como por su frágil estado de salud tras la intervención quirúrgica en la cabeza por el hematoma subdural, realizada el 3 de noviembre en la Clínica Olivos, de Vicente López.

El equipo de investigadores de la muerte del astro, por ahora, está en plena etapa de recolección de prueba. Ya allanaron las casas y los consultorios de Leopoldo Luque (39), el neurocirujano que lo operó, y Agustina Cosachov (35), la psiquiatra que lo trataba. Ninguno de los dos está imputado formalmente, pero van a determinar si cometieron «homicidio culposo«, es decir, la muerte involuntaria por impericia, negligencia o imprudencia.

En lo de Cosachov, este martes, secuestraron dos teléfonos celulares, la historia clínica de Maradona y 12 recetas a su nombre. Del procedimiento participaron detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, con apoyo de Policía de la Ciudad, en el barrio de Palermo.

En lo de Luque, el domingo a la mañana, se llevaron de su propiedad de Adrogué celulares, tablets y anotaciones de su paciente en medio de un completo desorden. Unas estaban sobre una repisa en la chimenea de un hogar. Otras, mezcladas entre unos dibujos.

Dalma, Gianinna y Jana, las tres hijas de Diego, atravesaron el dolor luego del velorio, el jueves pasado en el cementerio de Bella Vista, y se juramentaron algo: que se sepa si la muerte de su papá pudo haberse evitado. Esto es lo que justamente ahora intentan establecer los investigadores Laura Capra, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, coordinados por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, con Orlando Díaz como juez a cargo.

¿Cuál es la situación de Morla? Por ahora no es investigado, aunque no se descarta que, en una próxima etapa, vayan también por él. El abogado se llamó a silencio y no fue al velorio en la Casa Rosada porque sabía que «el clima» con él no era «el mejor». Según algunas versiones, está muy nervioso por lo que pueda pasarle en un futuro a nivel judicial. «Son cuentos«, relativizaron sus allegados. Solo apareció para respaldar a Luque en su cuenta de Twitter.

El principal cuestionamiento de la familia del astro es que Maradona no contaba con los cuidados que requería un paciente recién operado y con problemas cardíacos (miocardiopatía dilatada). En su declaración ante los fiscales, Gianinna contó que cuando vio el cuerpo lo notó con la panza excesivamente hinchada. Y a Jana le llamaron la atención sus ojos desorbitados.

«El fiscal me hizo saber que ella está siendo investigada, es decir que en términos procesales es que está imputada. Cuando termine la medida, me presentaré en la fiscalía para tomar contacto con la causa y poder poner peritos de parte», dijo el abogado Vadim Mischanchuk, que patrocina a Cosachov por su trabajo en la Asociación de Médicos Municipales (AMM).

La psiquiatra fue quien indicó una «internación domiciliaria» en la que debía haber asistencia permanente de enfermeros, médicos especializados en consumo de sustancias, un neurólogo y un médico clínico. También, la presencia permanente de una ambulancia.

Cuando Diego murió, el miércoles poco antes del mediodía, en soledad, apenas había una enfermera que ni siquiera lo había revisado cuando empezó su turno, a las siete y media de la mañana. A las 11.30 lo llamaron, no respondió y allí detectaron que no tenía signos vitales.

Para los fiscales, la atención a Maradona era «totalmente deficiente» y «un descontrol total y absoluto».

Este miércoles comenzarán los peritajes complementarios a la autopsia, ordenados sobre la sangre, la orina, los hisopados, el pelo, tejidos y hasta el corazón completo del astro.

En los estudios toxicológicos se buscará determinar si Maradona tenía rastros de haber consumido alcohol, drogas o alguna otra sustancia en las horas previas a su muerte. En los histopatológicos, se analizarán en forma microscópica los órganos y tejidos.

La mayoría se harán en la sede central de la Superintendencia de Policía Científica de la Bonaerense, en La Plata. Los otros, en los laboratorios del Cuerpo Médico Forense (CMF), dependiente de la Corte Suprema de Justicia. Mientras tanto, Diego Armando Maradona todavía no puede descansar en paz.

Por Esteban Mikkelsen Jensen
Para Diario Clarin

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