11 de Septiembre. Día del Maestro. «Todos los problemas son problemas de educación»

La educación comienza en casa. Eso todos lo sabemos. Pero en el aula también hay educación. Hay valores, hay límites, hay ejemplos.

«Todos los problemas son problemas de educación» Esta frase pertenece nada menos que a Domingo Faustino Sarmiento. Uno de los mejores presidentes que tuvo nuestra República y uno de los pocos que fue maestro con todas las letras dentro y fuera del aula.

Hoy es el aniversario de su muerte y por ello se celebra el Día del Maestro. «Todos los problemas son problemas de educación» es una de sus tantas reflexiones que llegan hasta hoy con total vigencia y como una verdad absoluta. Indiscutible. Así como los padres somos responsables de las acciones y de las actitudes de nuestros hijos, los maestros lo son con sus alumnos y son sus ejemplos los que marcarán a las generaciones que les toquen formar.

No podemos hablar (ni bien ni mal) de una persona o de una sociedad, sin antes preguntarnos qué fue lo llevó a actuar de esa manera. Qué pasó en su hogar y en su escuela. Que pasó con su educación.

Yo soy de una generación donde cuando entraba el director al aula nos poníamos de pie junto al banco. Recitábamos la oración a la bandera con respeto. Cantábamos el Himno y las canciones patrias con orgullo. Soy de la época donde el que no sabía leer, o las tablas, o multiplicar o dividir, repetía de año. Y eso estaba bien. Porque a la escuela se iba a aprender y de ahí nos íbamos sabiendo. Donde una maestra podía sacar un pañuelo de su bolsillo y limpiarle los mocos a un alumno. Donde nos ponían fecha para entregar un trabajo y había que entregarlo. Y el maestro no postergaba la fecha para que los que no lo hicieron, lleguen a hacerlo. La palabra se cumplía, por eso tenía valor.

Benditos sean los maestros que pueden ver a cada alumno en su individualidad. Que pueden aceptar las diferentes necesidades de cada uno. Los que no quieren nivelar, ni hacia arriba, ni mucho menos hacia abajo. Los que no cambian la historia. Que son capaces de acompañar en el aprendizaje. Benditos sean los maestros que respetan las decisiones y las opiniones, porque sólo de esa manera lograrán el respeto hacia ellos y entre sus alumnos. Benditos los que llegan a la docencia por la vocación de que cada alumno descubra su mejor versión. Benditos los que escuchan, los que ven, los que aceptan y los que integran.

Otra de sus grandes frases fue «Los discípulos son la mejor biografía del maestro».

Maestros: si quieren saber si están haciendo bien su trabajo, miren a sus alumnos. Ellos tienen la respuesta.

 

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