Pronto se van a cumplir dos años del fallecimiento de nuestra querida Iris. «Señora Iris» como la recordamos quienes fuimos sus alumnos o simplemente Iris, quienes compartieron con ella sus últimas locuras. Ese Quebracho que nos dejó y que tanto nos ha representado en todo el país. Eso y su docencia son su mejor legado.

Aún a dos años de su partida, hay cosas que siguen pasando que vuelven a conectarnos con ella y con su pasiones. Aún a dos años de su partida, hay cosas que las sigue digitando, desde donde esté, para que ocurran. Y ocurren…

El miércoles pasado, los integrantes de la Academia Quebracho, retiraron de la casa de Iris, todos los trajes y pertenencias del grupo, que Iris cuidaba como un gran tesoro entre presentación y presentación.

Su hija Andrea, escribió estas palabras, describiendo un poco el trabajo que realizaba Iris dentro de Quebracho, con tanto amor, tanta responsabilidad y en completo silencio. Como lo hacen quienes no buscan recompensas.

 Fin de etapa!!!
El miércoles 6 retiraron el vestuario y bagaje de Quebracho de la casa de mamá.
Otras manos tendrán la responsabilidad de moldes, puntillas, puntadas, flores, pañuelos, ventiladas, lavados, achiques, agrandes, medidas, arreglos de emergencia o confecciones programadas, diseño y creatividad con lo que se dispone…
Esos trajes conservarán su magia  y voluntad cada vez que dancen al ritmo de su amado folclore. Pudo compartir con Zoe, su nieta, muchas andanzas, su última obra fueron las polleras pantalón del “malambo femenino“ (deseo cumplido).
Su último espectáculo se cumplió, otro gran deseo estar orgullosa de “Quebracho en el Teatro Paris», sumándose al “octubre rosa“ que concientiza sobre el cáncer de mama, enfermedad que la dejó sin aliento un 10 de noviembre escuchando folclore en el “día de la tradición “ …
Así de especial era mi madre
Andrea Pompozzi.