El 115° Aniversario de La Dulce, seguramente no pasará desapercibido. Después de muchos años, tuvimos un desfile hermoso, con la gran mayoría de las instituciones intermedias, agrupaciones folclóricas de la zona y de nuestra localidad. Realmente emocionante ver esos caballos tan cuidados con sus emprendados. Ver tantos niños, representando a las escuelas o a los clubes donde concurren. Ver a nuestros mayores, llevar con orgullo la bandera del país del que partieron sus padres y la del nuestro, que los recibió para engrandecer la patria.

Infaltable la torta de cumpleaños, que como todos los años, la realiza Oscar Martínez con colaboradores. Fue repartida y disfrutada por todos los presentes.

Luego artistas locales y de la zona hicieron cantar y bailar a los presentes hasta pasada la medianoche. Una verdadera fiesta.

Estuvo presente el Intendente Municipal, con gran parte de su equipo de gobierno, que aprovechó holgadamente la oportunidad para hacer campaña política de cara a las próximas elecciones. Como si recién llegara a la función, prometió trabajar en seguridad. La pregunta sería, ¿qué lo detuvo hasta ahora? Si cuando estaba en campaña también lo prometió. Otra de las promesas fue la creación de dos centros de salud en Necochea. A modo de sugerencia,  le recuerdo que no sólo se trata de edificios, hay que colmarlo de buenos profesionales que atiendan a la comunidad. Para que no le ocurra como a la Unidad Sanitaria de La Dulce, que cada tanto no cuenta con médicos de guardia y lo tiene al delegado de remis para cubrir los horarios de los profesionales. Nada dijo sobre el desastroso estado de los caminos rurales. Hubiera venido bien alguna promesa al respecto. Sí prometió utilizar el dinero del presupuesto participativo para la compra de una carpa, para realizar eventos como el baile de egresados.

Como es costumbre, se coloca una ofrenda floral en el busto de Nicanor Olivera. El Intendente y el Delegado Municipal Miguel Farías, caminaron hacia el monumento que se encuentra en el medio de la plaza. En su recorrida, un vecino que se encontraba al paso, le imploró. «Las cloacas, señor Intendente, ¡las cloacas!» Sin detener el paso y sin siquiera dirigirle una mirada, le respondió: «Estamos gestionando en provincia». Hubiera sido muy grato para la comunidad enterarnos de esta novedad. Pero vaya a saber por qué, en su discurso, el Intendente prefirió omitir esta gestión y enfocarse en liviandades.