PERSPECTIVA AGROCLIMÁTICA PARA LA CAMPAÑA AGRÍCOLA 2012/2013.

EL NIÑO” DETUVO SU CRECIMIENTO PERO EL CALENTAMIENTO DEL OCÉANO ATLÁNTICO CONTINUARÁ PERTURBANDO DURANTE LOS PRÓXIMOS  MESES. El episodio de “El Niño”  que afectó el inicio de la campaña 2012/2013 se distinguió  como uno de los más precoces e intensos registrados hasta el presente, provocando precipitaciones invernales y primaverales muy por encima de lo normal,

EL NIÑO” DETUVO SU CRECIMIENTO PERO EL CALENTAMIENTO DEL OCÉANO ATLÁNTICO CONTINUARÁ PERTURBANDO DURANTE LOS PRÓXIMOS  MESES.

El episodio de “El Niño”  que afectó el inicio de la campaña 2012/2013 se distinguió  como uno de los más precoces e intensos registrados hasta el presente, provocando precipitaciones invernales y primaverales muy por encima de lo normal, que anegaron gran parte de la Cuenca del Río Saldo de la Pcia de Buenos Aires, en la Cuenca del Río Quinto en la Provincias de Córdoba, y en varias otras cuencas de la Región Pampeana, obstaculizando la cosecha de los cultivos de invierno y retrasando notablemente la siembra de los de verano.

 

Así como el desarrollo de “El Niño” fue rápido, también los fue su declinación. Después de haber alcanzado su máximo durante Mayo, comenzó a declinar, y cayó por debajo de su umbral de acción durante Septiembre, pasando a constituir una situación tipo “neutral cálido”.

 

No obstante, la desaparición de las condiciones de “El Niño” fue compensada en gran medida por otros factores que continúan favoreciendo la ocurrencia de precipitaciones abundantes:

 

  • En la escala global, se acentuó un calentamiento de las porciones norte y ecuatorial del Océano Atlántico. Este fenómeno conocido como “Oscilación Multivariada del Océano Atlántico (AMO)”, tiene varios efectos conocidos, favoreciendo la generación de huracanes y fuertes precipitaciones sobre la costa atlántica de los EE.UU., a la vez que provoca sequía en el interior de ese país. En lo referente al Continente Sudamericano, sus efectos no ha sido estudiados en profundidad, pero se piensa que favorece la entrada de humedad atmosférica a al norte del continente, lo cual, a su vez favorece las lluvias en la Cuenca del Plata.
  • El Atlántico Sur también presenta áreas con temperaturas superiores a lo normal, especialmente frente a la desembocadura del Río de La Plata, que promueven tormentas.
  • En la escala regional, la extensa área con anegamientos en las cuencas de los ríos Salado y Quinto dejada por “El Niño”, aporta un flujo de evaporación que favorece la formación de tormentas locales, que realimentan la superficie inundada, amenazando con mantenerlos durante mucho tiempo.

 

Por estas causas,  durante lo que resta de la primavera  y el verano, se mantendrá una alta probabilidad de riesgo climático:

 

  • Se producirán lapsos de intensa actividad meteorológica, con tormentas localizadas severas sobre distintos puntos del área agrícola nacional, en los que se observarán aguaceros torrenciales, con anegamientos de terrenos bajos y desbordes de ríos y arroyos, los que serán acompañados por granizo, vientos intensos y descargas eléctricas.
  • Los lapsos de intensa actividad meteorológica se alternarán con períodos de escasa actividad, en los cuales predominarán condiciones de calor y tiempo seco.
  • Paralelamente, se producirán entradas de aire frío que se extenderán durante la mayor parte de la temporada, dando como resultado una marcada oscilación de la temperatura.

 

La perspectiva estacional que se expone a continuación, fue elaborada tomando en cuenta a los informes difundidos por el Servicio Meteorológico Nacional Argentino, los principales centros del Cono Sur, como el Centro de Pesquisas Espaciais (CPTEC) y el Instituto Nacional de Meteorología (INMET), del Brasil, la Dirección de Meteorología de Chile, etc. Asimismo, se consultaron las principales agencias internacionales, como al National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), el International Research Institute for Climate and Society (IRI), el Climate Forecast System (CFS), el European, el Canadian Center for Climate Modelling and Analysis (CCCma), el Australian Bureau of Meteorology (BOM), el Experimental Climate Prediction Center (ECPC), el European Centre for Medium-Range Weather Forecasts (ECMWF), etc.

 

Según la metodología empleada en los informes de esta serie, cada situación se ilustra mediante una serie de imágenes complementarias, que informan los valores observados o pronosticados, según el caso.

DICIEMBRE.

 

En Diciembre se acentuará el calor, provocando un elevado consumo de las reservas de humedad de los suelos.

 

Las precipitaciones abarcarán la mayor parte del área agrícola nacional, concentrándose en varias franjas con fuertes tormentas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales, con peligro de desbordes de ríos y arroyos y anegamientos en las zonas bajas.

 

El sur de Córdoba, La Pampa y gran parte de Buenos Aires registrarán precipitaciones abundantes, pero no extremas.

 

El extremo sur de Córdoba, la mayor parte de La Pampa y el oeste y el sur de Buenos Aires registrarán precipitaciones moderadas con focos de valores abundantes.

 

Sólo el oeste del NOA y el oeste de Cuyo observarán precipitaciones escasas.

 

Las entradas de vientos del sur, provenientes de la Cordillera, provocarán descensos térmicos tardíos, aunque con escaso riesgo de heladas.

 

 

 

ENERO.

 

Enero registrará un nuevo incremento del régimen térmico, con temperaturas máximas muy elevadas en la mayor parte del área agrícola nacional.

 

Gran parte del NOA, la Región del Chaco, el norte de Santa Fe  y el norte de la Mesopotamia observarán muy fuertes tormentas, con vientos, granizo y aguaceros torrenciales, que provocarán el riesgo de desbordes de ríos y arroyos.

 

El este de Cuyo, el oeste de Córdoba, el nordeste de La Pampa y la mayor parte de Buenos Aires registrarán precipitaciones de variada intensidad, desde moderadas hasta abundantes, con focos aislados de tormentas.

 

Sólo el oeste de Cuyo, La Pampa y el sur de Buenos Aires observarán lluvias moderadas a escasas.

 

Las tormentas cordilleranas continuarán provocando entradas de aire polar, que provocarán marcados descensos térmicos, aunque sin riesgo de heladas.

 

 

 

 

 

FEBRERO

 

Febrero continuará  observando temperaturas máximas elevadas en gran parte del área agrícola nacional.

 

El NOA, el oeste de la Región del Chaco, el norte de la Mesopotamia y el norte de la Región Pampeana observarán tormentas intensas, con vientos, granizo y aguacero torrenciales.

 

El este de la Región del Chaco, el norte de la Mesopotamia, el centro y el sur de la Región Pampeana y gran parte de Cuyo s observarán precipitaciones moderadas a abundantes.

 

El resto del área agrícola nacional registrará precipitaciones de variada intensidad, en el rango de moderadas a escasas.

 

Las tormentas cordilleranas se incrementarán, provocando la entrada de aire frío, que causará marcados descensos térmicos, aunque sin riesgo de heladas.

 

 

 

 

MARZO.

 

Marzo observará una moderación del régimen térmico, registrando temperaturas máximas en el rango normal.

 

El NOA, la Región del Chaco, la Mesopotamia, el este de Córdoba, Santa Fe y el este de Buenos Aires observarán precipitaciones abundantes, con amplios  focos de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales.

 

El oeste de Córdoba y el oeste de Buenos Aires experimentarán precipitaciones moderadas.

 

La mayor parte de Cuyo, la mayor parte de La Pampa y el extremo oeste de Buenos Aires observarán precipitaciones moderadas a escasas.

 

Las tormentas cordilleranas incrementarán las entradas de aire polar, causando el riesgo heladas sobre el oeste y el sur del área agrícola nacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

OTOÑO

 

La llegada del otoño observará una disminución del régimen térmico.

Las entradas de aire polar, procedentes de la Cordillera se harán más frecuentes e intensas.

Es probable que, a fines de Abril comiencen a observarse heladas en el oeste y el centro  de Cuyo, la mayor parte de La Pampa y el centro y el sur de Buenos Aires.

A partir de Mayo, las heladas se harán generales, llegando a gran parte del área agrícola nacional.

Debido al calentamiento del Atlántico las precipitaciones continuarán siendo abundantes en todo el este del área agrícola nacional.

El este del NOA, Nordeste, la Mesopotamia y el este de la Región Pampeana observarán precipitaciones superiores a lo normal, con riesgo de tormentas severas.

Contrariamente, el oeste y el extremo sur del área agrícola nacional, que será influido por la disipación de “El Niño” registrará precipitaciones moderadas a escasas, que favorecerán  las tareas de cosecha, postcosecha, transporte y almacenaje y contribuirá a reducir los anegamientos de campos.

No obstante, dado que el contenido de humedad de la atmósfera continuará, es previsible que se desarrollen condiciones conducentes para el ataque de plagas y enfermedades, especialmente las de fin de ciclo en los lotes de soja.
INVIERNO.

 

El invierno observará un régimen térmico relativamente benigno, en el que se observarán frecuentes lapsos cálidos.

 

No obstante, las entradas de aire polar desde la Cordillera continuarán produciendo heladas en gran parte del área agrícola nacional.

 

El calentamiento del Océano Atlántico mantendrá la posibilidad de lluvias abundantes sobre el nordeste y el centro-este del área agrícola nacional, con riesgo de tormentas severas sobre el este de la Región del Chaco, la Mesopotamia, el este de Santa Fe y el nordeste de Buenos Aires.
Contrariamente, el resto del área agrícola nacional registrará precipitaciones moderadas a escasas, aunque levemente superiores a lo normal

 

 

 

 

CONCLUSIÓN

A pesar de la disipación  de “El Niño”, el calentamiento del Océano Atlántico mantendrá los riesgos climáticos en gran parte del área agrícola nacional:

 

  • Irregularidad en el régimen hídrico, que alternará lapsos precipitaciones intensas, con lapsos secos prolongados.
  • Fuertes oscilaciones térmicas, que combinarán lapsos extremadamente calurosos, con cortas pero intensas entradas de aire frío.
  • Riesgo de tormentas localizadas severas, con aguaceros torrenciales, granizo y vientos.
  • Riesgo de desbordes de ríos y arroyos, con anegamiento de zonas bajas.
  • Condiciones conducentes para malezas, plagas y enfermedades.
  • Reducción de la “ventana climática” apta para la realización de labores de campo, transporte, almacenaje, etc.

 

Por todo lo expuesto, los resultados probables de la presente campaña agrícola podrían caracterizarse en los siguientes términos:

 

  • Elevado volumen de producción total a nivel nacional, pero con fuertes contrastes zonales.
  • Incremento de costos debido a la mayor incidencia de malezas, plagas y enfermedades, a la menor oportunidad de labor, a la necesidad de secano del producido, a las dificultades para la cosecha, transporte y almacenaje, etc.
  • Menor calidad de la producción debido a la incidencia sanitaria y la mayor humedad a cosecha.

 

Asimismo, se presentará el riesgo de una posible reducción de los precios a causa del elevado volumen productivo que se prevé para Sudamérica, así como a la posibilidad de que “El Niño” impulse una alta producción en los EE.UU. durante la próxima campaña.

 

En lo que hace a las tendencias a largo plazo, cabe señalar que algunos investigadores sostienen que las porciones Norte y Ecuatorial del Océano Atlántico han entrado en una fase de calentamiento que podría durar varias décadas.

 

Si esta teoría probara ser cierta, cabría esperar que los episodios de “El Niño” se vean potenciados, causando precipitaciones muy superiores a lo normal, mientras que los episodios de “La Niña” se verían debilitados, no generando las sequías que provocaron en los casos anteriores.

 

Aunque este escenario es favorable en sus rasgos generales, deberá tenerse en cuenta que podría mantener los anegamientos en las cuencas de los Ríos Saldo y Quinto durante un tiempo prolongado.

 

En dicho caso, el régimen de precipitaciones del área agrícola nacional atravesaría un largo período en el que predominarían precipitaciones superiores a lo normal, reduciéndose la probabilidad de temporadas secas.

 

Por el momento, lo expuesto es sólo una hipótesis, pero será prudente tenerla en cuenta, a fin de que su posible concreción no resulte un hecho imprevisto que tome al agro argentino en un estado de indefensión frente a los impactos negativos causados por los excesos hídricos que podrían tener lugar en ese escenario.

 

Buenos Aires, 5 de Diciembre de 2012

 

Ing. Agr.  Eduardo M. Sierra

Especialista en Agroclimatología

Adriana Murray.- PRODUCIR XXI.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.